El ex boxeador ofreció crudas confesiones en su participación en un podcast con tres referentes del fútbol americano. Historias y profundas reflexiones
Cada vez que hace declaraciones, la palabra de Mike Tyson no pasa inadvertida. El ex campeón de los pesados, de 56 años, tiene su propio podcast, Hotboxin’, en el que, en medio de las entrevistas o diálogos con sus invitados, va ofreciendo confesiones de su agitada vida y carrera en el mundo del boxeo. Sin embargo, fue en The Pivot Podcast donde a lo largo de más de una hora de nota se animó a las más crudas revelaciones.
Acompañado de los anfitriones Channing Crowder, Fred Taylor y Ryan Clark, cuya fama se cimentó en el fútbol americano, se soltó y habló de los temas más polémicos. Desde su primera orgía a sus días en la cárcel, pasando por cómo despilfarró su fortuna.
LAS MEJORES FRASES DE IRON MIKE
Su introducción al boxeo
“La primera pelea en mi vida fue a los 11 años, habían matado a mi paloma. Pero no sabía pelear, ni siquiera sabía lo que estaba haciendo. Después de eso me encerraron en un lugar y conocí a un tipo que solía ser un entrenador. Él me presentó a alguien que resultó ser un gran entrenador, Cus D’Amato”.
“En ese momento, cuando conocía a Cus, yo ya sabía que iba ser campeón del mundo. Desde que nací, siempre lo supe. Cuando lo logré, siempre quise más, más y más, quería que el mundo esté a mis pies”.
“¿Cómo se creó Mike Tyson? Con disciplina, liderazgo, mirar y aprender de los grandes como Muhammad Ali, Roberto Durán, observándolos. Hay que creer en ti mismo, tener confianza. El éxito trae la confianza, la confianza trae al éxito, es así”.
Su primera vez en el sexo y el descontrol
“Tuve sexo por primera vez a los 16-17 años. Hasta esa edad solo me masturbaba. No tenía mujeres en ese momento, no había mujeres que me digan: ‘Oye, joven, ven aquí’. No había nadie que quisiera enseñarme, a los 13 años ya era un grandote en comparación con mis compañeros de clase”.
“La primera vez fue a los 17 años y, sí, te vuelves adicto de inmediato al sexo. Pero si puedes sacrificar eso por algo glorioso, eso es disciplina. El cinturón de campeón era más importante que eso, así que sí, dejé de tener sexo por cinco años. Pero era un niño de 17, no sabía nada de las chicas, estaba asustado y siempre se burlaban de mi y me ponían apodos porque era muy grandote”.
“En mi primera orgía me contagie muchas enfermedades. Tuve mononucleosis, es como si sintieras un soplete en la boca”.
Su primera caída y la enseñanza que le dejó
“Tras la derrota con Buster Douglas sentí alivio, pasó y fue un alivio porque finalmente sucedió. Hay que lidiar con la adversidad a veces. Lloré, pero era una pelea, no algo personal. Si no te vuelves loco. Me sentí libre, dije ‘ahora ya no temo perder, ahora seré un mejor boxeador porque no tengo miedo a perder y ahora haré las cosas mejor’. Esa pelea fue lo mejor que me pasó, estaba muy estresado por ser el campeón, se me caía el pelo en ese momento, todo el mundo me metía presión y yo debía seguir siendo ese tipo rudo aunque tuviera miedo”.
“Esa derrota me volvió humano, ese hombre recibió mucho dinero por ganarme, pero me hizo humano ante el mundo”.
Qué le diría a Tyson a los 20 años
“La mierda va a ser muy buena para ti, te dolerá, pero deberás ser fuerte y te hará bien”.
“Yo nací para esto, me patearon el trasero muchas veces cuando era niño, así que perder era de alguna manera algo entendible para mí”.
“La vida tuvo que vencerme un par de veces, tuvo que romperme el corazón para que me diera cuenta de que hasta que eso no sucede no eres un hombre aún o una mujer. Es parte de la vida para convertirte en un hombre o una mujer”.
“Si a los 20 años no eres un rebelde es porque no tienes bolas y si a los 40 sigues siendo un rebelde es porque no aprendiste nada”.
Su relación con Donald Trump
“A Donald Trump lo conocí a los 18 años, él promocionó una de mis peleas, así que lo conocí bien porque como promotor está presente durante la sesión de fotos, en el vestuario, en los viajes, está contigo durante no sé… seis semanas. Era un tipo como nosotros que se convirtió en presidente. Él era muy bueno con todos consiguiendo entradas gratis y habitaciones en hoteles. Creo que tal vez la política lo haya cambiado, pero siempre lo recuerdo por ser bueno conmigo, pagándome un montón de dinero y ayudándome con mis amigos en los hoteles, consiguiendo comida y esas cosas. Conozco al presidente y conocí al hombre”.
Su vida en la cárcel tras ser condenado por abuso
“Corría mucho, hacía mis ocho-nueve millas en círculos y a la noche corría cuatro horas en mi celda, en el lugar, o simplemente saltaba, sobre el concreto”.
“Cuando entré estaba muerto de miedo, comía como un cerdo, tenía miedo. Yo soy una persona buena y allí dentro así fui también, traté a todos muy bien. Pasé los mejores tres años de mi vida en prisión. Tenía paz. Los millones de dólares no significan nada si no tienes paz, si no tienes esa estabilidad. Necesitas sanar, equilibrarte, dedicarte a tí mismo. Porque Dios te castiga dándote todo lo que quieres, a ver si puede manejarlo. Yo no pude manejarlo bien al principio, pero no me di por vencido y ahora sí lo he conseguido, aunque sigo aprendiendo”.
“Una vez golpeé a Don King. Fue por un problema de dinero, no estaba haciendo las cosas bien. Como lo quería, preferí golpear su trasero en lugar de llamar abogados. A veces necesitas tratar a tu familia como extraños para que la familia actúe como una familia”.
Las lecciones para sus hijos
“Que recen mucho y trabajen mucho. Que trabajen y se esfuercen, que crean en sí mismos. No los puedo ayudar dándoles dinero, solo los lastimaría si les doy dinero y tienen que aprender, porque si no tienen aspiraciones o experiencias adversas, cederán fácilmente en situaciones difíciles. Deben aprender a competir”.
“La adversidad ya no es nada para mi, esto lo he aprendido. Sácame todo el dinero que tengo y ponme en situación de calle y lo haré de nuevo. Porque tengo al mejor equipo, yo, mi esposa y mis hijos. En serio, sáquenme todo y volveré a empezar desde las ruinas. Podría ser incluso más grande”.
“A mi nadie me regaló nada. Nuestro propósito es amarnos unos a otros, eso es lo que he aprendido”.
“Nadie puede noquearte más que tu mismo”.
“Yo creo que empiezas a vivir una vez que mueres. Tienes que matar tu ego para darte cuenta lo que es la vida”.
“Me gustaría que mi entrenador (Cus D’Amato) y mi madre pudieran verme ahora”.
El despilfarro de su fortuna
“Una vez cuando tenía 20 años, accidentalmente mi novia chocó con mi auto y le rompió el brazo a un tipo. La puerta del otro auto se cerró y le trabó el brazo a este hombre. Entonces le di dinero a uno de ellos, pero el tipo salió corriendo a apostarlo en caballos en una carrera, entonces este hombre estaba herido y se lo estaba contando a unos policías. Les dije a los policías ‘Hagamos una cosa, tomen la llave y dénsela a este hombre, que se quede con el auto’. Yo solo quería que no arrestaran a mi novia”.
“Gasté lo último que me quedaba de las peleas en la rehabilitación, poco más de un millón de dólares en la rehabilitación. Me quedaban dos millones y compré una casa en Phoenix. La casa era difícil de vender pero alguien la quería y me dio el dinero y con eso me compré una casa en Las Vegas. Ahí empecé a tener vacas y esas cosas, porque no tenía dinero para comenzar lo de la hierba. Entonces empecé a usar esa casa, si tenías algo de dinero y querías hacer una fiesta, ‘Ven a mi casa y trae el dinero’. Les prestaba mi auto a unos tipos con la condición de que le llenaran el tanque de gasolina y así fui viviendo esta etapa. Luego mi esposa entró en escena y no quería que hubiera tanta gente en mi casa”.
“Entonces había una mansión cerca de allí que me encantaba y yo decía, ‘Esa es la que quiero’. Pedí prestado algo de dinero de un hombre en China y como para él no era nada, puso el dinero y compró la casa. Luego se lo devolvimos y así la conseguí. Ahora tengo dos hijos y cada uno tiene su habitación, pueden correr por el pasillo. Es grande, es linda”.
“Llegué a tener 400 millones de dólares. Pero se fue por todas partes, el dinero no dura por mucho tiempo. Estaba en la quiebra. Yo tenía mucho dinero, iba por la calle y a una chica le decía ‘¿Te gusta ese auto?, bueno ven a pasar un fin de semana conmigo y trato hecho’. Es muy loco lo que puedes hacer con dinero”.
“Yo entraba a una concesionaria y siempre había una mujer muy linda con lentes oscuros. Entonces yo le preguntaba cuál era la comisión si yo compraba ese auto. Entonces me ofrecía a comprárselo si ella pasaba un fin de semana conmigo, y salíamos de noche. Luego ella se quedaba con el auto y con la comisión”.