Según el estudio Radar Fintech e Incumbentes 2021 de Finnovista, las compañías financieras tradicionales de la Alianza del Pacífico han acelerado la adopción de tecnologías financieras, pero entre las startups fintech de la región, existe una sensación de “colaboración débil” con las incumbentes.
Las instituciones financieras incumbentes han tenido que enfrentar al mercado cambiante impulsado por las nuevas soluciones financieras digitales, desarrolladas por el ecosistema emprendedor, según el informe “Radar Fintech e Incumbentes 2021” de Finnovista, la consultora de innovación y startups.
El estudio concluyó que ocho de diez instituciones de la Alianza del Pacífico cuentan con algún tipo de estrategia fintech, mientras el 21,1% de las organizaciones no tiene un plan definido, entendiendo estrategia fintech como “todas aquellas acciones y medidas desarrolladas por las instituciones financieras incumbentes para fortalecer las capacidades, minimizar los riesgos y aprovechar los beneficios derivados de la convergencia entre los servicios financieros y la tecnología”.
El reporte ha hecho foco en los cuatro países de la Alianza, México, Colombia, Chile y Perú, ya que concentran el 47% del total de startups de tecnología financiera en toda América Latina y el Caribe, con 1.102 emprendimientos, superando en 1,4 veces la cantidad de fintechs brasileñas, el líder de la industria en el continente.
“Los países de la Alianza del Pacifico representan en su conjunto una enorme oportunidad para liderar la innovación en servicios financieros a nivel de América Latina”, dice el informe.
El estudio analizó 71 instituciones financieras incumbentes, entre ellas bancos, seguros, entidades de mercado de capitales, proveedoras de crédito y otros.
En general, las tecnologías más prevalentes en el sector financiero tradicional son las tecnologías de cómputo en la nube, big data y analytics. En el caso de la aplicación de finanzas abiertas y API (interfaz de programación de aplicaciones, por sus siglas en inglés) existe una tendencia positiva de adopción, ya que el 30% de las entidades encuestadas reporta tener esta tecnología en funcionamiento actualmente, mientras que el 24% se encuentra desarrollando y el 18% está discutiendo sus posibles aplicaciones.
El informe también asegura que las instituciones incumbentes cuentan con distintos grados de avance en su estrategia fintech: el 18,6% está en su etapa de formulación, el 11,4% en experimentación, el 21,4% en implementación y el 30% en funcionamiento.
Además, el 40% ha respondido que tienen centros u oficinas dedicadas únicamente a la evaluación, desarrollo y lanzamiento de iniciativas de innovación y el 31% planea tenerlo.
Pese a los avances, este informe resalta que solo la mitad de este tipo de organizaciones aborda a la innovación desde el c-suite o directivos. Esto podría ser un problema ya que, según el reporte “Por qué las crisis son para innovar y no para hibernar”, también publicado por Finnovista, dos de las diez razones por la que la innovación fracasa es la burocracia dentro de la empresa y la falta de integración de la innovación dentro de la cultura organización.
El reporte afirma que “no basta con invertir en innovación, sino que esta debe ser responsabilidad de la alta dirección y debe estar embebida en la cultura organizacional para poder tener mayores posibilidades de éxito en un entorno competitivo cada vez más demandante”.
El informe asegura que las instituciones incumbentes cuentan con distintos grados de avance en su estrategia fintech: el 18,6% está en su etapa de formulación, el 11,4% en experimentación, el 21,4% en implementación y el 30% en funcionamiento.
COQUETEAR SIN CASARSE CON LAS FINTECHS
La manera en que estas compañías financieras incumbentes implementan nuevas tecnologías también es diversa, dice el estudio de Finnovista. El 17% de las instituciones encuestadas de la Alianza del Pacífico afirma desarrollar su propio producto fintech, y el 25% responde que actualmente no colabora con empresas fintech, pero una mayoría se involucra con el ecosistema de forma más participativa.
Según datos de la encuesta, el 52% de las entidades adquiere tecnología para mejorar su oferta de servicios, el 39% establece partnerships de marca con empresas fintech y el 25% ofrece servicios a las startups de tecnología financiera.
“En cuanto a la relación entre (startups) fintech e instituciones financieras tradicionales se sabe que existe una gran oportunidad de ejercer una relación simbiótica pues mientras la banca múltiple alberga capacidades que las fintech no tienen, como la licencia y el core bancario, las fintech ofrecen a los incumbentes una entrada más ágil a nuevos productos y verticales, un profundo conocimiento del usuario que se traduce en una mejor experiencia para este y además una menor aversión al riesgo que le permite apostar por innovaciones más disruptivas”, dice el estudio.
El informe también destaca que el mercado principal de las entidades tradicionales es distinto al de las startups de tecnología financiera. Por ejemplo, el 45% de los bancos dirige sus soluciones a consumidores de ingresos medios, mientras que solo alrededor del 14% se enfoca principalmente a pequeñas y medianas empresas.
Esto demostraría cómo los emprendimientos fintechs han logrado “identificar la brecha de inclusión financiera y se han especializado en ofrecer estos servicios al mercado desatendido”, lo cual crea un ambiente de mayores oportunidades de colaboración simbiótica.
Pese a las iniciativas y oportunidades, el estudio concluye que, entre las startups consultadas, existe una sensación de colaboración débil con las instituciones financieras incumbentes.
Por ejemplo, entre los emprendimientos mexicanos que trabajan con compañías tradicionales, el 55% percibe un ambiente de colaboración débil, el 5% piensa que no existe colaboración y el 4% señala que está compitiendo en vez de colaborar. En Chile, las startups que sienten una baja colaboración con las tradicionales son el 52% y en Perú la cifra es del 65%.
El reporte considera que esta sensación de colaboración débil se debe a que, si bien existe relacionamiento entre las startups y empresas incumbentes, las actividades se centran mayormente en relaciones comerciales, más que inversión directa en startups.
Según el estudio, solo el 17% de las compañías tradicionales invierte en startups fintechs existentes a través de fondos de capital de riesgo internos o externos, el 10% ha realizado fusiones y/o adquisiciones de empresas fintechs y el 7% establece programas para incubar y acelerar emprendimientos.