Tras las quejas de la dictadra chavista, el gobierno de Luis Lacalle Pou defendió la decisión de negarle el permiso a la nave comandada por pilotos persas y recordó que el reclamo proviene de un régimen que “está lejos de ser una democracia”
El Gobierno de Uruguay aseguró este sábado que el país actuó “en el marco del derecho” y seguro de que no había riesgo al vetar, el pasado 8 de junio, el aterrizaje del avión de carga venezolano-iraní que finalmente descendió en Argentina, donde fue retenido.
Así lo afirmó a la prensa el secretario de la Presidencia uruguaya, Álvaro Delgado, cuando le pidieron una opinión sobre el comunicado condenatorio del régimen de Nicolás Maduro. “Tomamos una decisión soberana tras asegurarno de que la aeronave tenía combustible suficiente para que no hubiera otro tipo de riesgo”, dijo.
Así, Delgado desmontó las alegaciones emitidas por el régimen de Venezuela, que en su reclamo denunció que la decisión uruguaya puso “en grave riesgo la vida de la tripulación” del avión, en el que viajaban cinco ciudadanos iraníes y 14 venezolanos.
“Uruguay actúa en el marco del derecho, quienes firman ese documento están en el gobierno en otras circunstancias. Para nosotros, Venezuela está lejos de ser una democracia”, espetó el alto funcionario del gobierno de Luis Lacalle Pou.
Delgado remarcó además que Uruguay es un país reconocido por ser “uno de los más altos en calidad de democracia en América Latina, en libertad de prensa y en respeto a la legalidad”. “Ningún otro de afuera con menos legalidad va a poder endosarnos cualquier responsabilidad”, sentenció.
La aeronave ingresó en Argentina el pasado 6 de junio procedente de México, previa escala en Venezuela, con destino al aeropuerto internacional de Ezeiza, y dos días después despegó para ir a Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en el aeropuerto argentino porque esta nación no habilitó su aterrizaje.
Desde esta semana, la Justicia argentina lleva adelante una investigación para dilucidar los posibles vínculos de la tripulación con el terrorismo internacional, ya que uno de sus integrantes, el iraní Gholamreza Gashemi –según denunció Paraguay– sería miembro de las Fuerzas Quds, una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, definida por Estados Unidos como una organización terrorista.
El avión, un Boeing 747 Dreamliner de carga que fue propiedad de la empresa iraní Mahan Air y actualmente pertenece a Emtrasur, filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa) -ambas sancionadas por el Departamento del Tesoro de EE.UU.-, sigue retenido este sábado en el aeropuerto de Ezeiza mientras continúa la investigación.
Tras el comunicado en que Venezuela dijo que “rechaza categóricamente el irresponsable manejo que ofreció la autoridad aeronáutica del Uruguay”, el ministro del Interior de Uruguay, Luis Alberto Heber, aseguró en una rueda de prensa que el país tenía un aviso previo del Gobierno de Paraguay que motivó su accionar.
Este lunes, el ministro uruguayo de Defensa Nacional, Javier García, comparecerá ante la Comisión de Defensa Nacional del Senado para informar sobre la situación a los legisladores, tras un pedido de la bancada del opositor Frente Amplio (izquierda).
La noticia del avión retenido en la Argentina motivó una declaración de la embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires: “Seguimos con interés las investigaciones de la tripulación y el avión, y agradecemos los esfuerzos de las autoridades”, señaló Marc Stanley, el máximo representante diplomático norteamericano en el país.
La embajada de Israel en Argentina también emitió un comunicado para referirse al caso, pero lo hizo en términos mucho más duros: “El Estado de Israel está particularmente preocupado por la actividad de las compañías aéreas iraníes Mahan Air y Qeshm Fars Air en América Latina, empresas que se dedican al tráfico de armamento y al traslado de personas y equipos que operan para la Fuerza Quds, las cuales están sancionadas por Estados Unidos por estar involucradas en actividades terroristas”.
“Los hechos recientes dan cuenta de los intentos sostenidos de la República Islámica de Irán, a través de la Guardia Revolucionaria y la Fuerza Quds, para continuar consolidando su influencia en todo el mundo, incluso en Sudamérica, como base para acciones terroristas en el continente. Esta situación se suma a otras operaciones registradas en los últimos meses como el intento de asesinato de ciudadanos israelíes en la ciudad de Bogotá por parte de criminales que trabajaban para la Fuerza Quds en Colombia”.
La Embajada, actualmente a cargo de Galit Ronen, recordó que la Argentina fue víctima de dos atentados terroristas perpetrados por Irán (a la propia Embajada de Israel, en 1992, y a la sede de la AMIA en 1994) y planteó la importancia de mantener un mensaje firme para que Teherán no vuelva a intentar actuar en suelo argentino ni en ningún otro país de la región.
En el avión de Emtrasur viajaron 5 iraníes y 14 venezolanos. Todos están imputados en la causa judicial, pero todavía no declararon en la Justicia. “Una de las hipótesis es que vinieron a realizar tareas de inteligencia, no es la única, pero hasta ahora no hay elementos para hablar de una operación terrorista”, dicen los investigadores.
Con información de EFE