El IBGE informó que la desocupación abierta para el trimestre móvil finalizado en julio cerró en el nivel más bajo desde 2015. La flexibilización regulatoria y la recuperación de la actividad arrojaron rápidos resultados sobre la recuperación laboral.
Los efectos negativos producidos por la pandemia y la crisis económica de Dilma Rousseff siguen quedando atrás. El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) confirmó que la tasa de desocupación cayó al 9,1% en el trimestre móvil finalizado en julio, según la serie original del indicador y en relación a la población activa del país.
Se trata del resultado laboral más favorable desde diciembre del año 2015, una situación que en aquel entonces se perdió a causa de la severa crisis económica del Gobierno socialista.
Por factores de índole estacional asociados al comportamiento del PBI, es usualmente esperable observar una caída en el desempleo abierto para julio, pero los resultados registrados superaron los factores estacionales. La serie desestacionalizada de la desocupación marcó un 9% para el trimestre finalizado en julio, la cifra más baja desde agosto de 2015.
“Podemos ver que se mantiene la tendencia al alza en la tasa de ocupación y una caída relevante en la tasa de vacantes de empleo”, explica Adriana Beringuy, gerente de investigación del IBGE.
La cantidad de personas ocupadas en Brasil ascendió a los 98,7 millones al término del mes de julio, lo cual constituye el resultado más alto en toda la serie histórica del IBGE comenzada en 2012. Los puestos de trabajo en la economía formal totalizaron los 42 millones en julio, y 41,9 millones según la serie desestacionalizada del indicador.
El cociente entre trabajadores en el mercado formal (entre el 55% y el 60% del empleo total) y la población total estimada por el IBGE fue del 19,5%, el mejor resultado registrado desde abril de 2015 según la serie histórica.
En otras palabras, la cantidad de personas que buscaron trabajo y pudieron encontrarlo, creció más rápido que la población total de referencia y es un indicador saludable para el mercado laboral. Por otra parte, la tasa de empleo total superó el 57% en relación a la población urbana, una relación que no se veía desde 2014.
El ministro de Economía Paulo Guedes espera que la desocupación abierta siga cayendo hasta alcanzar el 8% para fin de año. De confirmarse el pronóstico del Ministro, Brasil habría recuperado la mayor parte de todo lo perdido desde la crisis de 2014.
La flexibilización regulatoria impulsada por Jair Bolsonaro, y el holgado crecimiento económico registrado sobre el IBC-Br a partir de febrero fueron los factores explicativos de la rápida recuperación laboral.
La actividad económica mensual se expandió un 0,7% según la serie desestacionalizada al término de junio, y se estima que registrará un repunte aún mayor para julio. Brasil opera en niveles de actividad similares a los que había en diciembre de 2014.
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