A partir de 2023 comienza a aplicarse formalmente el impuesto mínimo corporativo, el gravámen sobre la recompra de acciones y el aumento de impuestos sobre los combustibles fósiles.
Con el comienzo del año 2023 entran en vigencia las disposiciones tributarias previstas en la Ley de Reducción de la Inflación (IRA por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, una norma promulgada por el presidente Joe Biden en agosto del año pasado.
La ley establece la implementación de un impuesto mínimo corporativo de 15%, aplicado sobre los ingresos contables para todas las corporaciones que facturen por encima de los 1.000 millones de dólares anuales.
A diferencia de los impuestos corporativos tradicionales, este nuevo tributo se aplica independientemente de las ganancias contables. Se establece que ninguna empresa dentro del rango imponible del impuesto podrá deducir menos del 15% de sus ingresos contables.
Si las empresas alcanzadas registran utilidades nulas o negativas, o incluso si obtienen ganancias pero el pago de sus impuestos tradicionales no alcanza el umbral del 15% de sus ingresos, entonces deberán abonar los recursos correspondientes para cumplir con el mínimo legal.
El Gobierno de Biden proyecta una recaudación fiscal equivalente a US$ 740.000 millones para los próximos 10 años. Las medidas no solo generan un costo importante para la oferta agregada de la economía, sino también para la competitividad de las empresas estadounidenses que estén expuestas a la competencia internacional.
Las normativas de la IRA también incluyen la puesta en vigencia del impuesto al consumo específico sobre la recompra de acciones, aplicado para las corporaciones que cotizan en bolsa y con una tasa impositiva del 1% del valor de mercado adquirido.
El impuesto se aplica tanto para la recompra de acciones entre firmas estadounidenses que cotizan en bolsa, así como la recompra de títulos de empresas no estadounidenses pero por parte de firmas locales.
También entra en vigencia la extensión de créditos fiscales para proyectos de “energía verde” por 369.000 millones de dólares, y aumentan los impuestos de suma fija “superfund” aplicados al petróleo crudo, el petróleo importado indexado por inflación, las naftas y los combustibles fósiles en general.
La normativa de los demócratas concede un aumento del presupuesto para el Servicio de ingresos internos (IRS por sus siglas en inglés) por un monto de US$ 80.000 millones hasta 2033, a fin de afianzar las tareas de monitoreo tributario y cobranza de impuestos.
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