Las estadísticas oficiales contradicen todos los estrafalarios anuncios de la Casa Blanca. La reactivación industrial se paralizó en septiembre del año pasado, y los puestos de trabajo en el sector sólo se recuperaron del shock provocado por la pandemia.
El presidente Joe Biden volvió a sorprender con un nuevo anuncio extravagante: ahora afirma que la recuperación industrial durante su administración es “la más fuerte de la historia de los Estados Unidos desde la década de 1950”. El Presidente redobla la apuesta, y atribuye todos los resultados a su propio programa económico, menospreciando el “efecto rebote” después del cese de las restricciones sanitarias.
¿Pero es la reactivación industrial de la era Biden la más rápida de los últimos 80 años? Todos los indicadores publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales y la Reserva Federal de St. Louis no respaldan el diagnóstico del Presidente.
La producción industrial registró aumentos más drásticos y más rápidos que el producido entre 2021 y 2022, en numerosas ocasiones. La industria acumuló un crecimiento del 5,3% en los primeros 23 meses de gestión de Biden. Solo por citar algunos ejemplos, la actividad creció un 9% en el mismo período pero de la gestión Clinton, 16% en la reactivación económica de Reagan, 16,3% en los primeros 23 meses de JFK, y 18% en la recuperación de la gestión Nixon.
Los “resultados históricos” anunciados por Joe Biden no se materializan ni en las estadísticas oficiales ni en la realidad. De hecho, la producción industrial vista en escala logarítmica (que permite ver a simple vista las variaciones) demuestra un comportamiento muy pobre entre 2021 y 2022, en comparación a otros períodos históricos desde 1950.
La Junta de Gobernadores de la FED concluyó que la producción industrial estadounidense no crece desde septiembre de 2022. Acumuló una tenue retracción del 0,3% entre octubre y noviembre.
Exactamente lo mismo ocurre cuando se relevan los empleos totales en el sector industrial. Los puestos de trabajo en este rubro sólo se recuperaron del shock provocado por la pandemia una vez eliminadas las restricciones sanitarias a la circulación. Hacia diciembre de 2022, el empleo industrial solamente acumuló un crecimiento del 1,17% con respecto a febrero de 2020, la situación previa a la pandemia.
Las comparaciones declaradas por el Presidente no solo no lo favorecen sino que tampoco son rigurosas, ya que la economía de Estados Unidos modernizó su aparato industrial, redujo los requerimientos de empleo en este sector, y produjo una migración de capitales hacia otros sectores como la tecnología y los servicios. La economía del 2023 no es comparable a la que hubo en 1950.
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