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INTERNACIONALESLa historia de Debra Lynn Mercer-Erwin y sus aviones usados por narcotraficantes y por otros personajes controversiales como Alex Saab

El aterrizaje de tres lujosos jets privados en el aeropuerto Matecaña, de Pereira, con varias mujeres a bordo que venían a una fiesta, fue el inicio de una investigación transnacional contra la mafia que se movió en los últimos días en Estados Unidos.

Oficiales federales del ICE comprobaron que uno de los aparatos que llegó a Colombia —un British Aerospace 125— despegó 24 horas después con 8 pasajeras y una tonelada de cocaína, reseñó EL TIEMPO.

Este es uno del os Jet que aterrizó en el aeropuerto Matecaña, de Pereira procedente de México. Salió con 8 mujeres y un alijo de cocaína. Foto: Suministrada por autoridades

Además, se probó que las mismas aeronaves habían aterrizado ya en el Matecaña, en agosto de 2019 y principios de 2020, procedentes de Tapachula, en límites entre México y Guatemala.

Allí hay cinco carteles —Jalisco-Nueva Generación, Sinaloa, ‘los Zetas’ y ‘los Caballeros Templarios’— que comercian cocaína colombiana.

El rastreo de esas aeronaves condujo a los agentes federales hasta un par de empresas abiertas en Onalaska, un pequeño pueblo en Texas en donde ni siquiera hay aeropuerto.

Había más de mil aeronaves en Onalaska, Texas, un pueblo que no cuenta con aeropuerto. Foto: Facebook: City of Onalaska, Texas

Así lucía Mercer-Erwin en el momento en el que se procesó su captura en 2020. Foto: Captura de pantalla: YouTube WFAA

Algunas de estas fueron registradas por Aicraft Guaranty Corp., en calidad de fideicomitente. Se trata de una compañía de la que es cabeza visible una empresaria de la aviación de nacionalidad estadounidense: Debra Lynn Mercer-Erwin.

La mujer también aparece vinculada a la firma Wright Brothers Aircraft Title (WBAT) y, según la investigación, alcanzó a registrar más de mil aeronaves, incluidos helicópteros.

EL TIEMPO tuvo acceso a la investigación y estableció que el pasado 21 de abril testificó dentro del caso el teniente coronel Álex Humberto Ladino, actual jefe de Seguridad y Defensa de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC).

Según el medio local WFAA, el oficial se presentó uniformado ante la corte federal de Sherman (Texas) y aseguró que desde que había ubicado a esta red hubo una caída del 29 por ciento de los envíos de cocaína por esa ruta.

Miles de aeronaves fueron registradas a nombre de Aircraft Guaranty Corp., una de las empresas de Mercer-Erwin. Foto: WFAA

Dentro del juicio a la empresaria estadounidense —de 40 años y capturada en 2020—, también testificó el agente especial Paul Mack, quien aseguró que muchos de los aviones registrados por la mujer fueron incautados con droga. Y que ella sabía muy bien quiénes eran sus clientes.

Los narcos que operan desde Pereira en asocio con carteles mexicanos pertenecen a la banda criminal ‘la Cordillera’, cuyos jefes viven a sus anchas en las afueras de la capital de Risaralda, bajo la complicidad de algunas autoridades locales. También están asentados herederos del viejo cartel del Norte del Valle y un tentáculo del ‘clan del Golfo’. Todos nutren de cocaína a la mafia mexicana.

La hipótesis de las autoridades es que mientras Debra ofrecía vuelos chárter legales a clientes, registraba aviones que terminaban al servicio de la mafia, quienes sabían que por llevar la letra N en sus matrículas (que distingue a aeronaves estadounidenses) no iban a levantar sospecha.

Según registros del aeropuerto Mariscal Sucre, de Quito, revelados en 2021 por el diputado ecuatoriano Fernando Villavicencio, la aeronave de matrícula N72LJ movilizó a la senadora Piedad Córdoba, en 2013, junto con uno de sus hijos y Álex Saab, el señalado testaferro de Nicolás Maduro, preso en Estados Unidos.

Esa aeronave aparece registrada a nombre de la compañía Aicraft Guaranty Corp. y también hizo otros vuelos legales con pasajeros vip.

De manera paralela, seguía registrando aeronaves de extranjeros, muchas de las cuales cayeron con cargamentos de cocaína o fueron abandonadas con alijos de droga en Belice, Guatemala, Honduras y Venezuela.

EL TIEMPO investigó y estableció que en el indictment aparece una aeronave ligada a Colombia.

Se trata de un jet privado Hawker-700, de matrícula N777EH, que fue incautado cuando sus tripulantes pretendían salir del aeropuerto El Dorado de Bogotá hacia México, con 168 kilos de cocaína.

El episodio se registró a las 7: 10 de la noche del 26 de enero de 2020 y, según documentos oficiales, la aeronave había sido negociada por la compañía Projets Inc. de Michael Assad Marcos, señalado cómplice de la empresaria Mercer-Erwin.

Al parecer, la aeronave le fue ‘vendida’ al día siguiente a un empresario que habría muerto en 2019.

Sin embargo, en Colombia se capturó a los turistas mexicanos que se movilizaban en el aparato: Belén Fernando López Velarde, Brenda Farías Tagle y Elisabeth Margarita Acosta Acosta, quienes iban rumbo a Tapachula con la droga en sus equipajes.

Y hay otro episodio que enreda a la empresaria y a sus compañías.

Está probado que Aicraft Guaranty Corp. registró un avión —un viejo Golfstream-1159 de cerca de 2,7 millones de dólares— que perteneció a un sujeto identificado como Heriberto Gastelum Calderón. La transacción terminó sellando la suerte de la empresaria luego de que se verificó que el vendedor es un capo del cartel de Sinaloa.

Según el indictment, la matrícula de la aeronave es N311BD y fue incautada en Belice, el 27 de febrero de 2020, con 2.310 kilos de cocaína.

El episodio se registró a las 7: 10 de la noche del 26 de enero de 2020 y, según documentos oficiales, la aeronave había sido negociada por la compañía Projets Inc. de Michael Assad Marcos, señalado cómplice de la empresaria Mercer-Erwin.

Al parecer, la aeronave le fue ‘vendida’ al día siguiente a un empresario que habría muerto en 2019.

Sin embargo, en Colombia se capturó a los turistas mexicanos que se movilizaban en el aparato: Belén Fernando López Velarde, Brenda Farías Tagle y Elisabeth Margarita Acosta Acosta, quienes iban rumbo a Tapachula con la droga en sus equipajes.

Y hay otro episodio que enreda a la empresaria y a sus compañías.

Está probado que Aicraft Guaranty Corp. registró un avión —un viejo Golfstream-1159 de cerca de 2,7 millones de dólares— que perteneció a un sujeto identificado como Heriberto Gastelum Calderón. La transacción terminó sellando la suerte de la empresaria luego de que se verificó que el vendedor es un capo del cartel de Sinaloa.

Según el indictment, la matrícula de la aeronave es N311BD y fue incautada en Belice, el 27 de febrero de 2020, con 2.310 kilos de cocaína.

La aeronave incautada en Bogotá en enero de 2020 fue mencionada en el documento de acusación del caso. Foto: Captura de documento

Cuatro días después de la incautación del jet apareció una carta a nombre de Debra Lynn Mercer-Erwin y dirigida al capo, diciéndole que se iniciaría la reasignación y baja de la aeronave.

Otro episodio que liga a las empresas de Texas con cargamentos de droga ocurrió en marzo de 2019. Un piloto murió tras chocar un jet que transportaba 1,2 toneladas de cocaína por México.

El documento de acusación menciona a un total de 8 personas involucradas en el proceso. Foto: Captura de documento

En el caso colombiano, en sentencia de diciembre de 2020 se declaró la extinción de dominio de la aeronave incautada en El Dorado y se le asignó a la Dian.

En el fallo se especificó que la empresa en cuyos hangares aterrizó —Helistar S. A. S. era ajena a los hechos delictivos.

Estados Unidos pidió en extradición a los tres turistas mexicanos que llegaron en la aeronave. El 24 de abril pasado se aprobó el envío de Elizabeth Margarita Acosta Acosta. Igual había sucedido en marzo y febrero pasados con los otros mexicanos.

En cuanto a la empresaria estadounidense, esta afronta una acusación que incluye cargos por narcotráfico, lavado de dinero, violaciones de exportación y violaciones de registro de aeronaves.

Debra también está inmersa en una especie de pirámide que movió 4,9 millones de dólares en complicidad con un ciudadano argentino.

En el caso de los aviones, la defensa de la mujer ha dicho que a ella no le correspondía averiguar qué transportaban los dueños; además, que autoridades locales aprobaron todos los registros que ella hizo.

Su sentencia se conocerá en los próximos días.

La empresaria participó junto a siete personas más, entre ellas su hija, Kayleigh Moffet, y el argentino Andrés Machado, en una operación de estafa en la que se perdieron, al menos, 240 millones de dólares. Mercer-Erwin recibía millonarias sumas de dinero de inversionistas y aseguraba que el monto permanecería en la cuenta bancaria de otra de sus compañías.

Machado, supuestamente, utilizaría la inversión para comprar aeronaves a través de una empresa registrada en Florida. Sin embargo, la investigación determinó que nunca hubo documentos que probaran la compra de los aparatos y los inversionistas jamás recibieron su dinero de vuelta.

Además, se halló que Mercer-Erwin utilizaba las nuevas consignaciones para pagar depósitos anteriores y acumuló 4.9 millones de dólares en tarifas por prestar este servicio fraudulento.

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