Según el estudio realizado por la Universidad Piloto de Colombia y que será presentado en el Congreso Internacional ACODAL 2023, los componentes líquidos de los vapeadores, al entrar al contacto con el agua, podrían ser más tóxicos que el cianuro para los ecosistemas
Tras una primera investigación en la que se constató que, en las zonas de bares y discotecas de Bogotá, se arrojan 94 millones de colillas al año que contaminan las aguas lluvias que van a ríos y humedales, el semillero de investigación en Gestión Sostenible de los Recursos Naturales de la Universidad Piloto de Colombia decidió continuar con la misma línea y realizó un estudio sobre el impacto ambiental que generan los vapeadores en el país.
Vale la pena decir que dicho mercado, generará más de 1.600 millones de pesos al año para el 2026 (poco más de 390.000 dólares), debido a que cerca de 20% de los jóvenes universitarios vapean y fuman cigarrillo electrónico, porque tienen la falsa idea de que vapear es menos dañino que el cigarrillo.
Los vapeadores son tóxicos
Para el estudio se utilizó el método estándar a nivel mundial para evaluar sustancias tóxicas en un ecosistema. En el mismo, se utilizaron semillas de lechuga (lactusa sativa) y tres marcas de líquidos de vapedores encontrados en el mercado. Se usaron varios ensayos con papel humedecido con diferentes concentraciones de la sustancia a evaluar disuelta en agua, y se pusieron las semillas a germinar bajo condiciones de temperatura controlada. Tres días después se extrajeron y se midió qué tanto habían germinado las semillas y cuánto habían crecido sus raíces y tallos.
“Entre más tóxica sea una sustancia, más detrimento causa a las células semilla, dañando su mecanismo de germinación e inhibiendo su crecimiento, de forma parcial o total”, aseguró William Lozano, docente de la facultad y líder del estudio.
“Los resultados son alarmantes”, continúa el especialista. Se demostró que pequeñas cantidades de líquido vapeador que llegan al agua o al suelo son tan tóxicos como el arsénico y casi como el cianuro. Por esta razón, estamos hablando de un residuo que puede y debe ser considerado peligroso para la vida y para los ecosistemas.
Es preocupante el tema de los vapeadores ya que a futuro no solo generarán enormes problemas a la salud. En los ecosistemas, estos resultan “contaminantes hormiga”; es decir que suelen verse como pequeños problemas y nadie presta atención al enorme potencial que tienen para causar daños al ambiente. “Cuando volteemos a mirarlos, quizás sea muy tarde”, indicó Lozano.
En este sentido, el especialista señaló que el primer paso para reversar y mitigar los efectos de estos contaminantes hormiga es conocer lo que está ocurriendo en el ambiente con este tipo de sustancias. Por otro lado, invita a las universidades, estudiantes y maestros a hacer investigaciones de alto nivel y a que abran otros espacios y empiecen a pensar en la investigación como una función social capaz de transformar lo cotidiano.