Honorio Apaza, un joven de 29 años de Puno (Perú), luchó contra la pobreza desde muy joven y se convirtió en un exitoso ingeniero de sistemas. Ahora es conocido por haber creado un modelo de traducción basado en la inteligencia artificial (IA) para traducir el aymara, una lengua autóctona de los Andes, al español y al inglés.
El aymara, lengua materna de Apaza, lo hablan unos dos millones de personas en Argentina, Bolivia, Chile y Perú.
«Ya no existe una barrera de comunicación entre un aymara y un estadounidense. La tecnología permite esa comunicación», dijo el experto peruano en IA a Perú Reports.
Proveniente de la comunidad rural de Tarapoto, Apaza desarrolló un modelo de IA llamado «AI-MARA» que asombró a estudiosos de todo el mundo. Fue contratado por Venga Global, una empresa que trabaja en la traducción de aymara a inglés de Google. (Google Translate ya ha añadido el aimara y el quechua, otra lengua indígena de Perú, a su lista de idiomas).
«Sabía lo que hacía Google con su modelo de IA y decidí crear un nuevo sistema a partir de datos. La IA aprende como se enseña a hablar a un niño. Le di ejemplos de traducción, le enseñé términos en paralelo entre dos idiomas para que se entrenara», explicó.
Apaza desarrolló su modelo de IA en unos nueve meses. «Creé una especie de cerebro artificial que aprende a escribir. No memoriza, aprende a juntar palabras para que tengan sentido y coherencia».
«La versión más actualizada de este modelo tiene una base de datos de más de 18.000 frases, y pronto publicaremos esta nueva investigación en una revista especializada», afirmó.
Su interés y experiencia en tecnología podrían considerarse una sorpresa, dado el origen rural y empobrecido de su familia. Apaza procede de una aldea de unas 70 personas, cuyo principal motor económico es la ganadería.
Durante su adolescencia, se fue a vivir con su familia a Ilo, una pequeña ciudad portuaria del sur de Perú, donde empezó a estudiar ingeniería de sistemas en la Universidad Nacional de Moquegua, que debe su nombre a la región de Moquegua, donde se encuentra Ilo.
Para costearse los estudios, vendía helados y otros productos en la calle.
«Me presenté y entré después de mucho esfuerzo», dice. «Como carecía de recursos para los gastos universitarios, durante varios meses vendí en la calle los helados que hacía mi tía. Trabajé como ayudante de panadería, conductor de autobús, camarero…».
Apaza pronto consiguió una beca, que le cubría los gastos universitarios, y llegó a licenciarse. Se enamoró de las posibilidades de la IA y empezó a trabajar como profesor en un instituto técnico, antes de marcharse a estudiar inteligencia artificial a la Universidad Católica San Pablo de Arequipa (Perú).
Esto le llevó a dedicarse a la traducción del aymara al español y al inglés mediante IA.
«Mi trabajo, más allá de validar las traducciones del aymara al inglés, aspira a un futuro en el que los documentos puedan escribirse en lenguas nativas como el aymara o el quechua utilizando IA. La IA podría generar documentos, registros, informes, igual que ChatGPT», explica.
Según Apaza, su trabajo requiere apoyo financiero del gobierno de Perú, ya que implica trabajar con muchos lingüistas, traductores, así como visitas a comunidades indígenas alejadas para entender palabras que sólo usan los habitantes ancianos.
«La idea es generar un conjunto de datos mucho más rico y entrenar a la IA con él. El modelo de IA sería mucho más eficiente», explicó.
Apaza también dijo a Perú Reports que está desarrollando una aplicación, similar a Duolingo, para enseñar aymara, «pero si no tenemos datos bien estructurados, lamentablemente, no será posible. Estoy pensando en acercarme al Ministerio de Cultura», dijo.
Perú ha logrado algunos avances en el desarrollo y los casos de uso de la IA, principalmente en sectores privados como la banca, las telecomunicaciones, el comercio minorista, la fabricación y la minería, así como pequeños avances en la investigación universitaria.
Según el informe «Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA)» publicado por el gobierno peruano en 2021, la IA se encuentra en una etapa intermedia de desarrollo en Perú, y no se ha explorado todo su potencial en todas las industrias.
Tanto el sector industrial como el académico, junto con el gobierno, reconocen deficiencias en los factores que impulsan la tecnología, como la infraestructura, la conectividad, la cultura basada en datos y el acceso a datos abiertos de alta calidad, según se indica en este documento.
El joven ingeniero de sistemas se muestra entusiasmado por contribuir a la investigación y aplicación de la IA en el Perú y alentar a las instituciones a utilizarla y desarrollarla para obtener beneficios en diversos campos como la economía, la medicina y la construcción.
«La IA tiene un vasto campo por delante. En Perú, es hora de empezar a crear tecnología, no solo a usarla. Muchos de los problemas actuales del Perú podrían resolverse de manera más eficiente con IA», dijo Apaza.
Por Diego Lopez Marina en Perú Reports.