La ensenada de La Guardia, municipio Díaz de la isla de Margarita, es un orgullo para los pescadores de esa zona por ser una de las más grandes de América Latina, aunque ya no la más provechosa para la pesquería como fue en otros tiempos.
Por Dexcy Guédez//Corresponsalía
Wilfredo Cedeño, representante del Consejo de Pescadores Artesanales de esa población, enfatizó que últimamente la problemática que más les afecta es la gasolina, lo que los mantiene de manos atadas porque deben salir a faenar en zonas como la Península de Macanao para no regresar “con las manos guindando”.
“El pescado está demasiado lejos para nosotros los pescadores de aquí y tenemos que ir demasiado lejos, bien sea para Macanao o Manzanillo con dos tambores de gasolina, es decir, 120 litros de gasolina que nos dan semanalmente”, enfatizó.
Lamentó que también los han engañado con la promesa de que les van a dar piezas para reparar los motores y los ofrecimientos por parte del Instituto Socialista de Pesca (Insopesca) no se cumplen.
Además, insiste en que hay muchos robos, y en su caso lo han despojado de varios motores.
“Hace 7 años que me robaron un motor 75, y para eso le partieron la cabeza a los muchachos míos. La alcaldesa nos dijo que no iba a ayudar con un motor y todavía estoy esperando. Y aquí hay varios que lo han robado”, destacó Cedeño.
Igualmente, les prometieron que les iban a arreglar los botes que están varados por tener tablas rotas y todavía están esperando.
“No hay una ayuda para los que tengan los botes rotos, que les vendan un poquito de gasolina para que puedan ir en otro bote, en otra embarcación a pescar. Nada. Necesitamos ayuda aquí”, insistió.
Denunció que los llamados “caveros” abusan mucho con el pescador y le quieren pagar lo que a ellos les parece por lo que extraen los trabajadores del mar.
“Mientras ellos se están llenando, porque venden el pescado más caro, los pobres pescadores hacen maromas para poder comer ellos y sus familias”.
Ausencia del Gobierno
Argenis Zabala, vocero de la Defensoría de Pescadores de esa población, lamentó el incumplimiento de las promesas del Ministerio de Acuicultura y Pesca, así como también de la alcaldesa Marisel Velásquez.
“Hay muchos pescadores que sus botes tienen los motores dañados y tampoco tienen para repararlos. Los gobiernos no los ayudan con créditos para ellos poder ir a faenar y obtener la comida para sus hijos”, remarcó Zabala.
Enfatizó que actualmente los únicos que dan créditos son los bancos, y los pescadores saben que la actividad pesquera actual no les permite pagar con la obligación del caso.
“Si no pagan, ya saben que les quitan las propiedades que tienen como garantía”, lamentó Zabala.
Piden apoyo
Emilio Villasmil también ha sentido en carne propia la inseguridad que reina en esa playa.
“Está brava, porque aparte de que nos roban los motores, no tenemos un apoyo de nadie. Siempre hablamos, nos tienen vacilados, que te vamos a ayudar y nunca nos ayudan”, sentenció.
Recuerda que un Día del Pescador, hace cinco años, le robaron el motor fuera de borda y pese a las promesas del Gobierno Nacional a través del Instituto Socialista de Pesca (Insopesca) y la alcaldesa Marisel Velásquez le ofrecieron una ayuda que nunca llegó.
“Nunca vi nada y gracias a Dios pude vender mi carro para poder comprar y solucionar un motor para poder trabajar”, insistió.
Villasmil insiste en que el problema de la gasolina nunca ha sido atendido por quienes tienen la potestad de hacerlo.
Asegura que por ser uno de los que vamos más lejos de la costa a buscar el sustento propio y de su familia, gasta 200 litros de gasolina diarios.
“¿Dónde consigo 200 litros diarios de gasolina? Si apenas nos dan 120 semanales todos los lunes”, precisó.
Reiteró que para trabajar, algunos pescadores se ayudan entre sí y se aportan la gasolina en algunas oportunidades, aunque no siempre.
