En los últimos años, varios casos de abuso sexual en el ámbito deportivo venezolano han salido a la luz, sacudiendo la opinión pública y revelando la necesidad de establecer mecanismos de protección para los atletas. Recientemente, el medallista paralímpico Marcos José Falcón Tovar fue acusado de abuso sexual, sumándose a una lista preocupante de figuras deportivas vinculadas a este tipo de delitos.
El judoca venezolano fue acusado por el Ministerio Público de abuso sexual contra tres atletas menores de edad, a quienes “besaba y tocaba las piernas durante los entrenamientos” en una localidad del estado Miranda, informó este lunes la la Fiscalía.
Falcón Tovar, de 42 años de edad, ganó medalla de bronce en judo en Londres 2012.
Según una nota oficial, las víctimas, con edades de 15 a 17 años, denunciaron al sujeto el pasado 1 de octubre ante una sede de la policía local, donde aseguraron que “el agresor les decía que, para poder subir” de nivel en la disciplina, “tenían que pasar la noche con él en su residencia”.
Ese mismo día, los funcionarios detuvieron al deportista, quien posteriormente fue imputado por los delitos de “abuso sexual sin penetración y acoso sexual”, por lo que un tribunal ordenó su detención en la sede policial en Miranda.
Denuncias en el fútbol femenino
Uno de los casos más notorios involucra a Kenneth Zseremeta, antiguo entrenador de la selección femenina de Venezuela en categorías juveniles. En 2021, 24 futbolistas venezolanas, lideradas por la destacada jugadora Deyna Castellanos, denunciaron haber sido víctimas de acoso y abuso sexual durante su gestión.
Las deportistas revelaron que una compañera fue abusada desde los 14 años y relataron cómo Zseremeta usó su poder para manipular emocionalmente a las jugadoras, con insinuaciones sexuales, sobornos y regalos inapropiados. La denuncia desató una investigación formal por parte de la Fiscalía General, destacando la gravedad del problema.
Casos recientes en el fútbol masculino
En 2023, otra situación preocupante emergió en el fútbol masculino. Cuatro jugadores del Estudiantes de Mérida FC Junior Paredes, Guilmer Giro, Jorge Echeverría y Michael Maldonado, fueron detenidos bajo acusaciones de abuso sexual. Las investigaciones se encuentran en curso, y los implicados permanecen privados de libertad mientras la justicia evalúa las pruebas presentadas.
Este tipo de incidentes pone en evidencia que el problema de los abusos sexuales no se limita a una categoría deportiva ni a un género específico, sino que es un mal estructural que afecta al deporte en general.
Falta de protocolos efectivos y cultura del silencio
Estos casos revelan no solo la ocurrencia de delitos, sino también fallos sistémicos en la prevención y gestión de las denuncias. En el caso de Zseremeta, las deportistas señalaron que algunas conductas indebidas eran normalizadas por miembros del cuerpo técnico. La falta de mecanismos seguros para que los atletas denuncien sin temor a represalias agrava la situación, perpetuando la cultura del silencio que permite que los abusos continúen sin ser detectados a tiempo.
Reflexión y medidas necesarias
Los escándalos en Venezuela se suman a una problemática global, evidenciada por otros casos de abuso en federaciones deportivas internacionales. La necesidad de establecer protocolos claros, acompañados de educación en derechos y sensibilización en los clubes y federaciones, es urgente. Asimismo, es crucial garantizar espacios seguros de denuncia y la rápida actuación de las autoridades competentes para proteger a las víctimas y sancionar a los culpables.
Estos hechos deben ser un punto de inflexión en la cultura deportiva venezolana. Solo a través de acciones contundentes y compromiso institucional será posible erradicar estas prácticas nocivas y devolver la confianza a los atletas y a la comunidad deportiva.
