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En las profundidades del infierno de Tocuyito: lo que viven los presos políticos postelectorales

Desgarradores son los testimonios de las madres de los detenidos en el contexto postelectoral en el estado Lara, cuya cifra supera las 40 personas privadas de libertad y que hoy son acusadas de terrorismo.

Las aprehensiones comenzaron el pasado 30 de julio por el solo hecho de protestar y exigir la publicación de las actas y transparencia en los resultados electorales. Ante eso, la administración de Nicolás Maduro ha venido aplicando en todos los estados del país la llamada “Operación tun tun”, que es un procedimiento de persecución y hostigamiento contra ciudadanos para arrestarlos arbitrariamente.

En Lara, la mayoría de los detenidos fueron trasladados al Internado Judicial de Carabobo, mejor conocido como cárcel de Tocuyito, recinto donde el Estado habilitó unas áreas especiales para albergar a las personas detenidas bajo esa causa.

Madres de algunos detenidos larenses recluidos en la cárcel de Tocuyito, declararon a lapatilla.com sus testimonios de lo que les ha tocado vivir y revelaron las condiciones infrahumanas en las que se encuentran sus seres queridos.

Sin revelar la identidad para proteger la integridad de cada una de ellas, la mamá de un joven larense detenido el pasado 8 de agosto, contó que funcionarios del Sebin sacaron a su hijo de su sitio de trabajo.

Comentó que las primeras horas tras la detención del joven fueron de terror para toda la familia, pues no sabían nada sobre el paradero de su hijo. En ese momento comenzó el recorrido por los diferentes cuerpos de seguridad del estado Lara hasta que finalmente lograron constatar que se encontraba detenido en un comando policial, ubicado en la avenida Fuerzas Armadas de la ciudad de Barquisimeto.

La madre relató que su hijo fue sometido a dos audiencias, donde lo acusaron del delito de terrorismo.

Luego de haber estado detenido en ese puesto policial, su hijo fue trasladado a la comandancia de la Policía Nacional Bolivariana de Pata e’ palo, al este de Barquisimeto. Allí cada madre debía cancelar 5 dólares para poder ver a sus hijos, y entre 80 y 100 dólares para cambiar al detenido a un espacio más “cómodo” y en mejores condiciones.

En este centro policial, los familiares tenían la posibilidad de llevarles diariamente la comida, agua y medicinas, así como también acceder a las visitas de manera más frecuente.

Traslado madrugador

Casi tres semanas después, entre “gallos y medianoche”, sin ningún tipo de notificación, el joven y el resto los presos políticos fueron trasladados a Tocuyito.

La mujer detalló que no supieron nada de su hijo por dos semanas. Posteriormente, fue que les informaron que los detenidos se encontraban en la cárcel de Tocuyito.

Más de 40 días suman estas personas en el penal, ubicado en Carabobo, y apenas una sola vez han podido ver a sus hijos.

En esta cárcel, solo a las mujeres les permiten visitar a los presos, por un lapso de 30 minutos.

Los días de visita son una travesía para estas mujeres, quienes deben viajar desde Lara hacia Carabobo una noche antes para poder llegar a la hora pautada.

Los familiares se organizaron en grupos de 20 madres cada uno. Estas mujeres solo pueden ingresar al penal con la cédula de identidad laminada, portar pantalón azul claro, sostén sin ballena, sin teléfono celular ni prendas.

Una vez dentro del penal, las madres reciben una charla y luego ven a sus hijos y familiares en una especie de comedor, donde no pueden tocarlos ni tener ningún tipo de contacto físico, solo conversar cara a cara por 30 minutos. En caso de incumplir cualquiera de estas normas, la visita es interrumpida.

Inanición inducida

A diferencia de los centros de detención preventiva en los estados, en el penal de Tocuyito el Estado venezolano es el encargado de suministrar los alimentos. Al respecto se pudo conocer que reciben comida apenas dos veces al día. En este caso no hacen uso de algún comedor puesto que las bandejas son llevadas a cada una de las celdas.

Comentan que los alimentos preparados no reúnen los nutrientes necesarios para mantener las funciones del cuerpo. Denuncian que solo comen arroz blanco con “carne molida”, que la mayoría de las veces son vísceras molidas y más de una vez estas vienen “aderezadas con gusanos”.

En cuanto a la hidratación mencionaron que beben agua directamente de la tubería, y no es apta para el consumo humano.
La pésima alimentación que los detenidos reciben ha provocado que bajen considerablemente de peso. Se conoció de jóvenes que han perdido hasta 25 kilos.

Los privados de libertad por motivos políticos dentro de Tocuyito no tienen acceso a la recreación. Les permiten salir a un patio una vez por semana por un tiempo muy corto, donde toman un poco de sol y estirar las piernas, mientras el resto del tiempo lo pasan encerrados en las celdas.

Retardo procesal

Así como es poca la información sobre las visitas, de la misma forma para las familias de los detenidos es “todo un misterio” el proceso judicial.

Señalan que la mayoría de los detenidos solo han pasado por una o dos audiencias y no hay información sobre próximas audiencias, así como tampoco les permiten la defensa privada, por lo cual están a merced del Estado venezolano.

Es una situación angustiante para estas madres, quienes exigen que cesen las violaciones a los derechos humanos y garanticen la debida defensa de sus hijos.

Adolescentes detenidos

En el estado Lara, son seis adolescentes detenidos en el Centro Socio Educativo Pablo Herrera Campins, mejor conocido como El Manzano. Son acusados de haber cometido actos vandálicos y hay a quienes, según testimonios de los familiares, les habrían sembrado evidencias incriminatorias.

Estos seis jóvenes que hoy viven bajo el arresto del régimen de Nicolás Maduro, son atletas y estudiantes. Unos debieron haberse inscrito en la universidad y otros avanzar en sus actividades deportivas.

Uno de los casos más sonados es el de José David Crespo, quien fue detenido junto a su padre en la ciudad de Carora el pasado 30 de julio.

Crespo estaría cursando el tercer año de bachillerato y es acusado de haber participado en los hechos registrados en la sede del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), relata la madre del adolescente, quien en estado de gestación debe trasladarse a la ciudad de Barquisimeto.

A la madre de José David Crespo no le ha tocado fácil, pues su esposo, quien era sostén del hogar, fue detenido junto a su hijo sin haber estados involucrados, pues el día de los hechos se encontraban en las cercanías de la sede del Psuv buscando un dinero para fabricar unos bloques.

Los jóvenes detenidos en la región larense son acusados de terrorismo, instigación al odio y daño a la nación.

El Foro Penal publicó recientemente que la cifra de detenidos en Venezuela por razones políticas postelectorales llega a 1.936, entre ellos 68 adolescentes entre14 y 17 años.

Desde el 29 de julio de 2024, la administración de Maduro ha detenido a 1.814 personas.

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