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Nada mejorará en el país mientras no cambie el curso del timón nacional. Eso no lo invento yo y creo todos lo sabemos, basta mirar alrededor y no importa el estado o municipio, la crisis es general y en nada ha mejorado en los últimos diez años luego de tener elecciones parlamentarias en 2015, presidenciales en 2018, parlamentarias nuevamente en 2020, regionales en 2021, referéndum consultivo en 2023 (¡vaya payasada!) y presidenciales en 2024. Es poco lo que ha dejado el camino electoral en Venezuela, por distintos motivos, pero el primordial: la falta de interés por parte de muchos dentro de la dirigencia nacional para lograr ese cambio de timonel que mencioné al inicio. Las parcelitas y los lucros personales han sido más importantes y se evidencia nuevamente con los que algunos plantean al intentar pasar la página de las elecciones del 28 de julio, sin siquiera hacer el intento de luchar y convencer a los incautos para ir a votar en unos comicios fraudulentos, diseñados para ganarlos por el oficialismo y poder dar un paso más hacia el Estado Comunal.

¿Dejamos perder la arrolladora victoria conseguida con más 7.303.480 votos, sin contar el voto en el extranjero y la voluntad de quiénes no pudieron formalizar su inscripción en el REP tras la serie de arbitrariedades cometidas por el CNE? ¡Sería una locura!

Entonces, ¿De qué sirve ir a unas elecciones nuevamente sin haber logrado capitalizar el resultado del 28J? La respuesta es clara y lo demás es una gran mentira. A los datos me remito.

Partiendo de la premisa que la mayoría de los problemas que sufrimos: económicos, sociales, etc., nacen de la falta de políticas y medidas por parte de quiénes nos han gobernado por veinticinco años, es una realidad que lo único que se ha logrado hasta el sol de hoy con algunas gobernaciones, diputaciones y alcaldías es poco o nada, de resto el país ha visto incrementar la crisis nacional, porque sencillamente no depende de ellos lograr mejoras.

¿Qué ha aumentado en Venezuela? La cantidad de venezolanos fuera del país con una cifra que ya supera los ocho millones de connacionales por todo el mundo. ¡Una vainita!

Hagamos un ejercicio sencillo, en 2015 año electoral en Venezuela, el dólar se situaba en 186 Bolívares Fuertes y hoy se cotiza en 79,50 Bolívares Digitales. El Bolívar Soberano entró en vigencia en agosto de 2018 eliminando cinco ceros del Bolívar Fuerte creado por el difunto en 2008, mientras que en agosto de 2021 entró en vigor el Bolívar Digital, con el cual se eliminaron seis ceros más a la depreciada moneda venezolana. Si agregamos los once ceros eliminados en tan solo siete años, bueno, lo confieso y no me da pena… ¡No sé ni leer la cifra en la que se cotiza el dólar si lo tasamos en el cono monetario de 2015! La devaluación no ha parado en diez años.

En 2015 la canasta alimentaria en Venezuela costó en promedio 470 dólares, mientras que en 2024 se situó en 531 dólares, parece poco el incremento nominal, pero es un calvario cada vez que se debe comprar algún producto, sobre todo recordando que el sueldo mínimo sigue siendo irrisorio y son pocas las personas que ganan más de 100 dólares al mes desde hace más de diez años.

La inflación es otro tema que no deja de ahogar el venezolano, en el año 2015 fue de más de 191% y de 85% en 2024 luego de procesos de hiperinflación que azotaron el país desde 2016, siendo la de 2018 la inflación más alta llegando a 130.060%. Cabe destacar que, aunque en cifras se ha dado una reducción de la misma, para nada se refleja en la recuperación del poder adquisitivo del venezolano.

Si agregamos los problemas de escasez de gasolina desde 2014, la crisis hídrica del país la cual se ha agravado con una caída del 60 % en la cantidad de agua distribuida con datos del informe  publicado en enero de 2024 por la organización no gubernamental (ONG) Hum Venezuela, la situación cada día es más delicada.

El problema eléctrico es otro dolor de cabeza, y aunque los inquilinos de Miraflores no han proporcionado datos públicos sobre el estado del sistema en más de 5.000 días, lo que impide una evaluación exacta, lo que sí se sabe y es evidente, es que en 22 de 23 estados se registran racionamientos eléctricos diarios de entre 1 y 16 horas, dependiendo de la región. En algunas zonas, los habitantes los perciben de forma interdiaria; pero en otras, los sufren de lunes a domingo, según datos publicados por El Pitazo.

Y no hablemos del sector salud, el educativo, derechos humanos, libertad de expresión, las pensiones, minería ilegal, grupos paramilitares o de cualquier tema que abordemos con datos y cifras de los últimos diez años. ¿Entonces?

No se trata de defender espacios, no se trata de que son los más puristas en materia del voto, saben muy bien que esto solo se arregla cobrando las elecciones del #28J primero, que es mentira que conservando algunos de los espacios de poder minúsculos que ostentan o pretenden ganar serviría para mejorar la situación crítica del país. La realidad es que, a las gobernaciones, a no ser que sean cercanas a los inquilinos de Miraflores, no llegan suficientes recursos y en el caso de las alcaldías, entre una recaudación de impuestos paupérrima en muchos casos o nula en otros, atados a un Situado Constitucional que no alcanza ni para la papelería, además de ser calculado en Bolívares y por ende presa de la devaluación constante de la moneda y la inflación, es falso que alguna gestión en curso o por llegar pueda solventar los problemas del país cuya raíz solo se corta con medidas de parte del ejecutivo nacional, más pendiente de adueñarse de todo que de solventar algún problema.

No es una forma de irreverencia, ni de resistencia votar nuevamente sin lograr capitalizar el cambio, mientras esta gente siga en el poder, lo demás es NORMALIZACIÓN.

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Por abc noticias

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