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La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, sostuvo que una reciente ola de ataques al fabricante de automóviles eléctricos Tesla, propiedad del aliado clave de Donald Trump, Elon Musk, califica como “terrorismo interno”, y prometió imponer penas severas a los responsables.

“La serie de ataques violentos en la propiedad de Tesla es nada menos que terrorismo interno”, dijo Bondi en un comunicado el martes por la noche.

Bondi afirmó que el Departamento de Justicia “ya ha acusado a varios implicados con eso en mente, incluso en casos que involucran cargos con sentencias mínimas obligatorias de cinco años”.

“Continuaremos las investigaciones que imponen severas penas a los implicados en estos ataques, incluidos los que operan tras bastidores para coordinar y financiar estos crímenes”, agregó.

Bondi hizo sus declaraciones luego del más reciente incidente, un incendio en un taller especializado de Tesla en Las Vegas que dañó cinco vehículos, según la policía de la ciudad.

“Al llegar los agentes, localizaron varios vehículos envueltos en llamas y la palabra ‘Resistir’ pintada con aerosol en el edificio”, declaró la policía el lunes.

Musk también compartió un video del incendio de Las Vegas en su plataforma de redes sociales X, calificándolo de “terrorismo interno”.

“Tesla solo fabrica autos eléctricos y no ha hecho nada para merecer estos atroces ataques”, escribió.

Musk, la persona más rica del mundo, invirtió más de 270 millones de dólares en donaciones para la campaña presidencial de Trump el año pasado.

El multimillonario fue nombrado por el mandatario republicano para dirigir el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), encargado de recortar drásticamente el gasto público.

Desde entonces, se ha embarcado en el desmantelamiento de varias agencias gubernamentales, a las que acusa de fraude y gestión descontrolada, dejando sin trabajo a miles de funcionarios.

En las últimas semanas, varios vehículos, concesionarios y estaciones de carga de Tesla fueron vandalizados en Estados Unidos y Europa.

Una estación de carga de Tesla en el estado estadounidense de Massachusetts fue incendiada intencionalmente a principios de marzo, según informaron las autoridades, mientras que en Colorado la policía declaró el mes pasado haber arrestado a una mujer por vandalizar un concesionario con artefactos incendiarios.

Trump expresó su apoyo a Musk la semana pasada, al afirmar que los responsables serían capturados y “pasarían por un infierno”.

El valor bursátil de Telsa se ha desplomado desde diciembre. Y algunos propietarios en Estados Unidos incluso han colocado pegatinas en sus autos diciendo que los compraron “antes de saber que Elon estaba loco”.

Esta semana, el Salón del Automóvil de Vancouver, Canadá, retiró a Tesla de su programación. Según su director, Eric Nicholl, se trata de razones “puramente de seguridad” y no políticas. AFP

Por abc noticias

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