CompartirAdvertise here Edmundo González Urrutia habla con tono pausado, sin grandes inflexiones en su voz ni estridencias. Toma asiento en un lateral de la mesa, como si fuera uno más del grupo, pero no lo es: es el presidente electo de Venezuela. El hombre, elegido por María Corina Machado inhabilitada por el Gobierno chavista para concurrir a la Presidencia a quien el pasado 28 de julio votaron más de ocho millones de venezolanos para que devolviera la democracia a su país. Por Susana Gaviña y Andrés Gerlotti Slusnys | ABC Pero no pudo ser. El régimen de Nicolás Maduro ahogó el país a punta de represión, deteniendo a cientos de manifestantes que clamaron contra el fraude electoral por el que el líder chavista se autoproclamó ganador de los comicios. Y meses después cerró el país a cal y canto para que el 10 de enero, día de la investidura, González Urrutia no pudiera llegar a Caracas. Poco antes de llegar esa fecha, el presidente electo sufrió en primera persona lo que se conoce como ‘tortura blanca’, el régimen secuestro a su yerno Rafael Tudares, que lleva más de 70 días desaparecido. ¿Qué sabe de su yerno? ¿Tiene alguna noticia?, le preguntamos. De inmediato, y ante estas preguntas, se humedecen los ojos de Edmundo González, que tarda unos segundos en recomponerse y contestar. “Me tocan un tema muy sensible”, confiesa antes de explicar cómo se produjo la desaparición. “A él lo secuestraron en la mañana del 7 de enero frente a sus hijos de 7 y 8 años. Iban a visitar a la abuela y estos bandidos, encapuchados y con armas, se lo llevaron. Hasta el día de hoy no tenemos noticias de él. Mi hija (su esposa) ha ido todas las semanas a los centros de detención y la respuesta es invariablemente la misma: ‘Aquí no está’. Sin embargo, cuando ella fue a la Defensoría Pública, le dijeron que el centro de reclusión que le habían asignado a Rafael era Rodeo I. Ella entregó allí unas medicinas para él, y a la siguiente vez que fue le dijeron que ahí no se había entregado nada. ‘¿Medicinas? Para empezar, ese señor no está aquí’, le dijeron. Eso es lo que llaman tortura blanca, porque es una cosa que te va desgastando. Es terrible para quien lo sufre”, reconoce. -Según los expresidentes Juan Manuel Santos y Felipe González, usted está siendo chantajeado por el régimen. -Rafael no tiene nada que ver con política. Esto es una extorsión para mí, para que me entregue y deje de estar en esta actividad.Advertise here -Su yerno fue secuestrado tres días antes de su investidura en Venezuela. ¿Fue una maniobra del régimen para que usted no se presentara en Caracas? -No creo que hayan sido tan calculadores. Ellos saben que yo no voy a ir a Caracas si no se dan las condiciones. Antes no, porque es exponerme. Me imputan cargos por los que me meterían en la cárcel durante años. -¿Cómo está su hija? ¿Le ha hecho algún reproche? -No, al contrario, me dice: “Adelante, papá, fuerza”. Mariana es una muchacha muy firme, muy recia. Yo hablo con ella diariamente. -No es habitual que una desaparición forzada dure tanto tiempo… ¿Qué es lo que le ha pedido el régimen para darle información de su yerno? -No, no es habitual. A mí no me han pedido nada, pero en los primeros días (de su secuestro) hubo una reunión en la que invitaron a mi hija junto a dos personas cercanas al régimen, y alguien de esa reunión, no se quién porque no me lo comentó, le dijo: ‘¿Por qué no le dices a tu papá que se quede tranquilo allá en Madrid?’. Para leer la entrevista completa ingrese AQUÍ Navegación de entradas Fiscal general de EEUU calificó de “terrorismo doméstico” ataques contra Tesla Magalli Meda denuncia abandono del cuerpo diplomático y la iglesia en Venezuela