Según un estudio de EY Argentina y el Instituto Argentino de Finanzas, que encuestó a ejecutivos de 80 empresas líderes del país, el ritmo de recuperación no continuará y tanto sus ventas como su rentabilidad se ralentizarán
Los gerentes de las principales empresas argentinas esperan para 2022 una menor rentabilidad y una desaceleración en sus inversiones, según el informe anual de EY Argentina y el Instituto Argentino de Finanzas que se ha extendido a la juventud.
Este año las repercusiones económicas resultaron de la reapertura de actividades luego del golpe que generó la pandemia COVID-19 en 2020, las perspectivas para 2022 en el si favorables.
Según los ejecutivos de 80 empresas líderes encuestadas, el ritmo de recuperación no continuará y tanto sus ventas como su rentabilidad se ralentizarán.
“Este año habrá un repunte económico derivado de la caída significativa en 2020 y, fundamentalmente, basado en el uso de capacidad instalada ociosa, pero el crecimiento a mediano plazo debe ir acompañado de inversiones genuinas”, dice Pablo De Gregorio, socio de EY, en el comunicado.
El 59% de las encuestas cree que no hay interés en tomar una nueva debido a la incertidumbre sobre la evolución de la economía. Los ejecutivos mostraron su preocupación por la falta de equilibrio macroeconómico, el gasto público, el régimen fiscal y la necesidad de reducir la pobreza, entre otros.
Los ejecutivos demandaron que el Gobierno de centroizquierda del presidente Alberto Fernández impulse un plan macroeconómico claro, una política monetaria previsible y una reforma tributaria.
“Existe un reclamo muy significativo de parte de las empresas de ingresar a una etapa de consensos, que deje atrás los vaivenes y sucesivos cambios, permitiéndonos definir como sociedad un rumbo claro y previsible”, agregó De Gregorio.
Según la encuesta, los agronegocios, los servicios y la energía aún son los sectores con potencial para impulsar el crecimiento y la exportación de la nación sudamericana.
Argentina enfrenta una inflación proyectada para el año en 50% interanual y un creciente nivel de pobreza. El jueves la brecha cambiaria entre el tipo de cambio mayorista y el mercado informal alcanzó el 100%.