Un nuevo estudio de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, encontró que las personas con ciertos trastornos del sueño tienen resultados más graves de COVID-19, incluyendo una tasa de hospitalización y mortalidad 31% mayor, según publican en la revista JAMA Network Open.
El equipo de investigación, dirigido por la doctora Reena Mehra, analizó datos retrospectivos de 5.400 pacientes. Este estudio de casos y controles se llevó a cabo dentro del Cleveland Clinic Health System (Ohio y Florida) e incluyó a todos los pacientes que se sometieron a pruebas de detección de COVID-19 entre el 8 de marzo y el 30 de noviembre de 2020. Los resultados mostraron que, aunque los pacientes con trastornos respiratorios del sueño e hipoxia relacionada con el sueño no tienen un mayor riesgo de desarrollar COVID-19, tienen un peor pronóstico clínico de la enfermedad.
“A medida que la pandemia de COVID-19 continúa y la enfermedad sigue siendo muy variable de un paciente a otro, es fundamental mejorar nuestra capacidad para predecir quiénes tendrán una enfermedad más grave para poder asignar adecuadamente los recursos -señala Mehra, directora de Investigación de Trastornos del Sueño de la Clínica Cleveland-. Este estudio mejoró nuestra comprensión de la asociación entre los trastornos del sueño y el riesgo de resultados adversos de la COVID-19. Sugiere que los biomarcadores de inflamación pueden mediar en esta relación”.
“La pandemia de COVID-19 sigue amenazando a miles de millones de personas en todo el mundo. Desde que se informó el primer caso de infección por COVID-19 en los EEUU. Se han propuesto diferentes vías mecánicas para esta enfermedad altamente variable, que van desde mínimamente sintomática hasta insuficiencia respiratoria grave y muerte. Aunque la razón de esta variabilidad sigue sin estar clara, se han descrito varios factores de pronóstico para la infección por COVID-19 y la morbilidad relacionada. Las comorbilidades crónicas, como la diabetes, la obesidad, la hipertensión y el aumento de la edad, se asocian con un mayor riesgo de infección por COVID-19. Del mismo modo, la hipoxemia, una consecuencia fisiopatológico pivotal de COVID-19 neumonitis, es el motivo cardinal de los ingresos hospitalarios en la enfermedad COVID-19, con tasas de mortalidad que oscilan entre el 40% y el 80% entre los ingresados en la unidad de cuidados intensivos”, agregó.
Mehra y su equipo utilizaron el registro de investigación COVID-19 de la Clínica Cleveland, que incluye datos de casi 360.000 pacientes sometidos a pruebas de COVID-19 en la Clínica Cleveland, de los cuales 5.400 tenían un registro de estudio del sueño disponible. Los resultados del estudio del sueño y la positividad de COVID-19 se evaluaron junto con la gravedad de la enfermedad. El equipo también tuvo en cuenta comorbilidades como la obesidad, las enfermedades cardíacas y pulmonares, el cáncer y el tabaquismo.
Estos resultados sientan las bases para que otros estudios identifiquen si los tratamientos tempranos y eficaces, como el PAP (presión positiva en las vías respiratorias) o la administración de oxígeno, pueden mejorar los resultados de la COVID-19. “Nuestros hallazgos tienen implicaciones significativas, ya que la disminución de las hospitalizaciones y la mortalidad podría reducir la carga de los sistemas de salud -resalta la primera autora del estudio, la doctora Cinthya Pena Orbea, del Centro de Trastornos del Sueño de la Clínica Cleveland-. Si efectivamente la hipoxia relacionada con el sueño se traduce en peores resultados de COVID-19, deberían implementarse estrategias de estratificación del riesgo para priorizar la asignación temprana de la terapia de COVID-19 a este subgrupo de pacientes”.
De acuerdo con los expertos, no está claro si los tratamientos que mejoran la apnea del sueño, como las máquinas CPAP que empujan el aire hacia las vías respiratorias de los pacientes durante el sueño, también reducirían el riesgo de COVID-19 grave.
Como conclusión, los investigadores afirmaron que en este estudio de casos y controles, los trastornos respiratorios del sueño (TRS) y la hipoxia relacionada con el sueño no se asociaron con un aumento de la positividad del SARS-CoV-2; sin embargo, una vez que los pacientes se infectaron con SARS-CoV-2, la hipoxia relacionada con el sueño fue un factor de riesgo asociado para los resultados negativos de COVID-19.