Imagine por un instante que su médico le diagnostica una enfermedad cardiovascular. Ahora cambie este grupo de patologías por un cáncer. ¿Qué temería más? Pues la realidad es que, aunque a la mayoría de nosotros la palabra tumor nos congelaría durante unos instantes, la primera causa de mortalidad en España es y sigue siendo la enfermedad cardiovascular (ECV), seguida, en segundo lugar por los tumores. En 2022, también. Así, se produjeron 463.133 defunciones y el 26% (120.572) de ellas se debió a enfermedades del sistema circulatorio, frente al 24,8% de tumores, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Dicho de otra manera, las ECV causan la muerte de 330 ciudadanos en España al día, 16 más que los tumores.
Por La Razón
Y en el caso de las mujeres las primeras son más letales. Así, causaron 63.856 defunciones, frente a las 46.837 muertes por tumores. O lo que es lo mismo, las ECV matan en España a 47 mujeres más al día que el cáncer. Los tumores, en cambio, matan a 11.091 varones más al año que las ECV. Para que nos hagamos una idea, cada año fallecen entre 7.000 y 7.500 mujeres más que hombres a causa de ECV (7.140 más en 2022).
En Europa la situación se repite. Estas patologías causan la muerte de 5.000 ciudadanos al día, y suponen una carga financiera significativa para todos los sistemas sanitarios. Sin embargo, hay un falso optimismo de que las ECV no son ya una amenaza para la salud pública.
Así, según el documento «Hacia una mejor salud cardiovascular en España», elaborado por PwC, la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) y Farmaindustria, esto se debe a que la mortalidad relacionada con las ECV tuvo una tendencia negativa hasta 2015, lo cual apuntaba a que el problema podría reducirse con el tiempo. Pero esta tendencia se ha invertido: las tasas de fallecimientos se han estancado o incluso han aumentado en algunos países.
«El descenso de la mortalidad de las ECV ha cesado. En EE UU ha habido un discreto repunte. En España, aún no, está todo plano. Pero me preocupa que estén aumentado las defunciones por arritmias y por enfermedades hipertensivas, ya que el 45% de la población tiene hipertensión y más del 60% de la población mayor de 65 años es hipertensa», explica el profesor Juan Tamargo, catedrático de Farmacología en la Universidad Complutense de Madrid y uno de los autores del informe de Farmaindustria.
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