En agosto de 2023, la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, dominada por el chavismo, nombró a los cinco nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) tras la renuncia coordinada de los anteriores rectores en junio. Este nuevo nombramiento mantuvo la proporción previa, asegurando la mayoría oficialista con tres rectores chavistas y dos de la oposición.
La selección de rectores, influenciada por cuotas partidistas, contradice el artículo 296 de la Constitución, que exige que los integrantes del CNE no estén vinculados a organizaciones políticas. No obstante, esta fórmula da una apariencia de pluralidad al organismo electoral.
Las elecciones presidenciales se programaron para el 28 de julio de 2024. Al final de la jornada, el presidente del CNE, Elvis Amoroso, anunció unos resultados parciales que daban la victoria a Nicolás Maduro con más de 5,1 millones de votos, sin presentar las actas de escrutinio. Esto desató protestas y denuncias de fraude por parte de la oposición y la comunidad internacional, que respaldaron las actas recolectadas por la oposición que mostraban una victoria de Edmundo González Urrutia.
Aime Nogal, una de las rectoras opositoras, firmó los boletines oficiales de resultados, a diferencia de su colega opositor Juan Carlos Delpino, quien desde el día de las elecciones se encuentra en la clandestinidad. La conducta de Nogal, quien inicialmente representaba a la oposición, generó sorpresa y desconcierto, dado que terminó respaldando los resultados cuestionados.
Nogal, abogada y exfuncionaria del CNE, había sido propuesta por Manuel Rosales y había mostrado credenciales académicas y profesionales destacadas. Sin embargo, su comportamiento en el CNE y su relación con el chavismo y la oposición levantaron dudas sobre su lealtad política. Su nombramiento como rectora del CNE, facilitado por su vinculación con el partido de oposición UNT, ahora parece haber resultado en una alineación con el oficialismo en un momento crítico.
