Imaginar el tipo de movilidad de las próximas décadas es una de los grandes desafíos de la industria. Desde Japón llega una propuesta innovadora y audaz
El auto del futuro probablemente sea un monovolumen otra vez. Esta idea ha sido dicha y repetida por muchos actores de la industria del automóvil y tiene mucha lógica. Es que aunque se intente ir por otros caminos, todo parece indicar que la movilidad del mundo dentro de 20 años será eléctrica y autónoma, al menos en la mayor parte de los casos. Y si un auto no tiene motor térmico, ni caja de velocidades, ni depósito de combustible, y en su lugar solo tendrá un motor eléctrico en cada rueda y una batería plana y delgada en el piso, lo que se ponga arriba será una superficie para aprovechar al 100% sin obstáculos que condicionen su forma.
Así lo han entendido muchos diseñadores, por ejemplo Volvo, que empezaron a mostrar las formas conceptuales de esta clase de medio de traslado con diseños que se parecen más a una casa rodante que a un automóvil. Su proyecto 360c puede ser una sala de reuniones, una sala de estar o incluso un dormitorio, todo en el mismo “envase”, cubierto por una cúpula acristalada que puede oscurecerse según la demanda y la luz exterior.
Luego de la pandemia que paralizó el proyecto, los ingenieros de Asahi Kasei entendieron que aquel primer prototipo ya no era actual, en tan poco tiempo, el rumbo de la industria cambió de dirección y ahora el auto del futuro tiene otra filosofía.
Así es que ahora han presentado el segundo vehículo de la línea, el AKXY2, que en verdad, no tiene prácticamente nada del precursor de la idea.
El Asahi Kasei AKXY2 es, efectivamente, un monovolumen con una cúpula de vidrio, con capacidad para dos personas. Es en la práctica, una burbuja sobre cuatro ruedas.
El vehículo no tiene volante ni pedales, ha sido construido en su totalidad con materiales producidos por alguna de las marcas del Grupo Asahi Kasei siguiendo el concepto de las “3 S”: sustentabilidad, satisfacción y sociedad.
El concepto de la creación es la de un espacio que se pueda adaptar a la necesidad del usuario, por eso es tan limpio y abierto, y solo tiene dos asientos como base. Al ser una compañía que creció como una química, los materiales del auto son su gran valor agregado. Las superficies interiores incluyen una gamuza de microfibra fabricada parcialmente con poliéster reciclado y asientos hechos con plástico reciclado y de origen biológico. También tiene un sensor de CO2 que controla la calidad del aire en el habitáculo y hasta los neumáticos están hechos con caucho sintético de origen biológico de su propia fabricación.
Pero lo más llamativo del auto es su modo de acceder al habitáculo, ya que la cúpula acristalada se eleva completamente en forma vertical y sus laterales se abren hacia abajo como una compuerta, dejando espacio para que una persona pase cómodamente.
Este prototipo se mostrará próximamente en varios eventos, como el Salón de Detroit en septiembre, y el CES Las Vegas 2023, ambos en Estados Unidos.