Los demócratas proponen un aumento generalizado de impuestos sobre Ganancias, rendimientos financieros y empresas, a fin de compensar el nuevo gasto público. Sin embargo, el Congreso en manos del Partido Republicano anticipó su rechazo.
El presidente Joe Biden lanzó oficialmente su propuesta para reformar el sistema impositivo de Estados Unidos y aumentar considerablemente la presión fiscal del país. Su programa pretende recaudar hasta 3 billones de dólares en los próximos 10 años, en línea con el brutal aumento programado para las erogaciones en el mismo período.
El Gobierno llamó a la “responsabilidad fiscal” para aprobar sus propuestas, pero paralelamente la administración aumentó mes tras mes el déficit de las finanzas públicas desde el segundo trimestre del año pasado.
El desequilibrio financiero marcó un rojo que representó el 6% del PBI en el primer mes del año, una cifra incluso superior al resultado deficitario observado antes de la pandemia en febrero de 2020, y el más importante de los últimos 10 meses. El Gobierno se niega a retornar a la disciplina fiscal, y aún mantiene una frontal negativa para negociar una baja del gasto público con la oposición para poder levantar el techo legal de la deuda pública.
La propuesta de reforma impositiva de los demócratas
El Presupuesto presentado por el Presidente propone aumentar la tasa impositiva del programa Medicare del 3,8% actual al 5% para personas con ingresos anuales superiores a los US$ 400.000.
Se trata de un recargo que se aplica sobre el impuesto a las Ganancias individuales (personas físicas, no empresas) y los ingresos provenientes de colocaciones de capital (por ejemplo plazos fijos, bonos o acciones). De efectivizarse esta medida, la tasa marginal más alta sobre las ganancias en Estados Unidos alcanzaría el 42% (37% más el recargo por Medicare).
También se propone la reversión de la mayor parte de las disposiciones impositivas previstas en la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de 2017, propuesta y promulgada por el expresidente Donald Trump. En este sentido, se propone aumentar el impuesto a las utilidades corporativas no distribuídas del 21% al 28%.
Probablemente la medida más distorsiva y nociva para el sistema económico sea la reforma propuesta para el tratamiento fiscal de las ganancias de capital. No conforme con aplicarse un recargo del 5%, Biden propone aumentar del 20% al 39,8% la tasa marginal máxima para las Ganancias de capital, la tasa impositiva más alta desde 1978.
El impuesto penalizaría continuamente la expansión del crédito, y la generación de ahorro en dólares en un contexto inflacionario. Asimismo, se propuso un impuesto mínimo de hasta el 20% sobre los ingresos contables para personas con patrimonios superiores a los US$ 100 millones.
La oposición del Partido Republicano tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado advierten que el proyecto no será aprobado, y que contiene cláusulas abiertamente extremistas. El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, confirmó que la propuesta de Biden “no verá la luz del día” y será tajantemente rechazada.
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