Uno de los cambios es que habría menos aplicaciones de billeteras digitales, pero más optimizadas
Los pagos digitales son una realidad para muchos usuarios, que prefieren mantener su dinero en este entorno y dejar el efectivo a un lado, incluso en transacciones cotidianas. Un panorama que año a año irá creciendo y para 2024 se espera que la tendencia lleve a que haya mejores entornos de pago y mayor seguridad.
Por Infobae
Según el informe Payments 2025 & Beyond de PwC, para 2030,los pagos digitales se triplicarán en todo el mundo hasta superar las tres mil millones de operaciones, teniendo un paso intermedio en 2025 de 1.8 millones de transacciones y mostrando un crecimiento del 82% respecto a los años anteriores.
Lo que pone al 2024 como un año de transición en el que los números seguirán aumentados y por eso es necesario profundizar en aspectos como la ciberseguridad, minimizar la fricción y fortalecer las aplicaciones de pago.
Transformación empresarial
Empresas de diversos sectores han tomado la decisión de entrar en este ecosistema financiero, viéndolo como una clave para mejorar sus proyecciones. A pesar de esto, las compañías aún tienen mucho desconocimiento de los procesos y aunque quieren ingresar en los pagos digitales, tendrán que aprender a adaptarlos a sus negocios y oportunidades.
“Las empresas no están listas, pero ya tomaron la decisión de meterse de lleno en el mundo de los pagos. Es más, lo están viendo como una solución clave para su negocio. De hecho, ya hay empresas saliendo a la calle con estas soluciones; y ya les está jugando el tiempo en contra”, explica Santiago Lorenzo, co fundador y CTO de Menta, empresa que ofrece soluciones a las fintech en este tema.
Uso intermitente del efectivo
Latinoamérica tiene diferentes panoramas en temas de pago. Por ejemplo, ante la situación económica en Argentina, muchos comercios prefieren las transacciones digitales ante el exceso de efectivo, mientras que en México el 82% de los ciudadanos prefieren el dinero físico. Esto genera que la cadena de producción tenga diferentes modalidades de pago y se deban buscar soluciones para superar las barreras y adaptarse.
Seguridad y experiencia del usuario
2023 dejó una lección a millones de empresas: la ciberseguridad debe ser una prioridad. Esta idea impacta directamente en los métodos de pago que manejan las compañías, quienes no solo deben desarrollar plataformas difíciles de vulnerar, sino también hacer un arduo trabajo para prevenir ataques que involucren ingeniería social.
Adicionalmente, las compañías dedicadas a facilitar los pagos digitales deben crear sistemas que no generan fricción a los usuarios, haciendo que el proceso sea complicado de realizar o muy extenso. Generando la necesidad de establecer un equilibrio en el que un solo proceso permita hacer la transacciones y no se deba llamar al banco para aceptar el pago o tener que esperar días.
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