Otros activos de riesgo también caían y las acciones tocaban un mínimo de dos semanas debido a que las perspectivas de la tasa de interés del Banco Central Europeo y el nerviosismo por los próximos datos de inflación de Estados Unidos avivaban las preocupaciones sobre el crecimiento global.
Los precios del cobre extendían su declive el viernes debido a que los inversores estaban preocupados por la posibilidad de que el débil crecimiento económico afecte la demanda de metales, después de nuevas restricciones de movimiento ordenadas en China por el COVID-19 y de aumentos en las tasas de interés.
El cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) perdía un 0,72%, a 9.542 dólares la tonelada, a las 1122 GMT, tras perder un 1,2% en la sesión anterior, aunque el contrato está ganando casi un 1% durante la semana.
«El cobre está bajo varios tipos de presión. Los confinamientos no están terminando tan rápido como se esperaba y la política de cero COVID de China es muy perjudicial para el crecimiento económico», dijo Nitesh Shah, estratega de materias primas de la firma WisdomTree.
«También hay bancos centrales en otras partes del mundo que mantienen una tendencia muy agresiva y eso pone en duda si el crecimiento económico fuera de China se desacelerará más rápido», sostuvo.
Shanghái confinará a millones de personas para pruebas masivas de COVID-19 este fin de semana, solo 10 días después de levantar su agotador confinamiento de dos meses.
Otros activos de riesgo también caían y las acciones tocaban un mínimo de dos semanas debido a que las perspectivas de la tasa de interés del Banco Central Europeo y el nerviosismo por los próximos datos de inflación de Estados Unidos avivaban las preocupaciones sobre el crecimiento global.
Un grupo de comunidades indígenas peruanas acordó el jueves levantar de manera temporal una protesta contra la mina de cobre Las Bambas de la empresa china MMG. Las protestas habían obligado a la minera a detener sus operaciones durante más de 50 días.
En otros metales básicos, el aluminio caía un 0,8%, a 2.740 dólares la tonelada; el níquel perdía un 1,3%, a 27.650 dólares; el plomo bajaba un 0,9%, a 2.175,50 dólares; el estaño restaba un 0,8%, a 36.450 dólares; y el zinc subía un 0,04%, a 3.763,50 dólares.
ORO, EL REFUGIO ANTE INFLACIÓN Y RECESIÓN
Los precios del oro también caían este viernes, ya que el dólar se fortalecía antes de la publicación de los datos sobre la inflación en Estados Unidos, que podrían determinar las próximas decisiones políticas de la Reserva Federal (Fed).
El oro al contado caía un 0,3%, a US$ 1.842,77 por onza, a las 0954 GMT, y bajaba un 0,4% en la semana. Los futuros del oro en Estados Unidos cedían un 0,4%, a US$ 1.845,40 dólares.
«El dólar está cotizando ligeramente al alza, lo que está pesando en los precios del oro, pero la acción de los precios probablemente se mantendrá moderada mientras nos dirigimos al IPC de Estados Unidos más tarde», dijo el analista de DailyFX Warren Venketas.
«El oro lleva un tiempo consolidándose en torno a la zona clave de los US$ 1.850, pero los datos de la inflación estadounidense podrían provocar una ruptura», agregó.
Un dato de inflación superior al esperado podría reforzar la postura agresiva de la Fed, ya que se espera que el banco central estadounidense aumente las tasas en 50 puntos básicos la próxima semana y en julio. La previsión de consenso considera que la tasa de inflación interanual de mayo se mantendrá en un fulgurante 8,3%.
Los principales bancos centrales están acelerando el ritmo de las subidas de las tasas para hacer frente a la creciente inflación. Un entorno de tipos elevados tiende a aumentar el costo de oportunidad de tener lingotes, que no rinden intereses.
«Los bancos centrales agresivos, el aumento de las tasas reales y el fortalecimiento del dólar han restado brillo al mercado del oro. La retirada de las ayudas fiscales y monetarias sin precedentes también está pesando en la confianza», dijo ANZ Research en una nota.