a detención de Pedro Tellechea y sus mas cercanos colaboradores pone en evidencia que las redes de corrupción continúan operando en PDVSA. ¿A cuánto ascenderá esta vez el monto del saqueo? Maduro dirá que lo traicionaron otra vez pero lo cierto es que sigue siendo el principal responsable, junto a Delcy Rodríguez, de la opacidad absoluta que oculta los negocios y beneficios ilícitos de sus enchufados.
Los hermanos Majed y Khaled Khalil Majzou, a través de su testaferro Julio Rodríguez Salazar, son los propietarios de MCS Management Consulting Services, empresa que tiene contratada la licencia del sistema SAP (Systeme, Anwendungen und Produkte in der Datenverarbeitung) de la empresa alemana SAP SE. Se trata de un software que permite a PDVSA adelantar operaciones complejas como la planificación de producción, la distribución de productos, la logística, la contabilidad, las compras, la administración de inventarios y el control de activos. El SAP es el “cerebro” de la gestión de la compañía. Un cerebro, que según el régimen, habría sido entregado por Tellechea, ex presidente de PDVSA, a EEUU.
Los omnipresentes hermanos Khalil
Con antecedentes conocidos en Venezuela por su papel en graves hechos de corrupción relacionados con el sector eléctrico y de la computación, medicamentos, equipos médicos y alimentos, los hermanos Khalil, ahora protegidos por Delcy Rodríguez, estarían involucrados en este nuevo episodio, como lo están también en el trueque de alimentos por petróleo conocido como el caso de la criptocorrupción petrolera que descabezó la red de El Aissami y Samark López, hoy detenidos en Fuerte Tiuna. La pregunta es: ¿cuántos millones de barriles de petróleo se habrán utilizado para pagar las cajas CLAP a los hermanos Khalil, Jorge Giménez y Alex Saab, entre otros proveedores enchufados?
La participación de los hermanos Khalil en aquella trama se concretó a través del Grupo Evalsa al frente del cual está Acranan Karouni. Fuentes de Pdvsa aseguran que por cada caja CLAP los hermanos Khalil y otros proveedores privilegiados reciben un barril de petróleo. Cuestión corroborada por el propio Maduro que ha dicho que cada caja de alimentos CLAP cuesta entre 80 y 100 dólares.
Las sanciones impuestas a Venezuela han afectado la relación entre PDVSA y empresas internacionales, incluyendo SAP SE, que tiene sede en Alemania. Estas sanciones han restringido la capacidad de la petrolera para acceder o renovar las licencias de software de manera directa, lo que ha generado un entorno complejo de gestión tecnológica, que se convirtió en otra “oportunidad” de negocio para los Khalil. Los hermanos ofrecieron a PDVSA la licencia del SAP, presuntamente a través de la compañía MCS Management Consulting Services a nombre de su testaferro, Julio Rodríguez Salazar, quien hoy se encuentra detenido por la investigación que realiza el Ministerio Público del régimen.
En varias ocasiones, se ha informado sobre retrasos en el pago de las licencias de software, lo que ha provocado interrupciones del servicio, aumentando la opacidad que ha caracterizado la gestión de PDVSA en los últimos años.
Fuentes de la petrolera señalan que algunos sectores buscan aprovechar estos problemas para instalar sistemas de gestión más permisivos o sin el control adecuado, para justificar el secretismo en los negocios de la petrolera apoyándose en la Ley Antibloqueo para favorecer los intereses de la cleptocracia petrolera.
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