El breadcrumbing es la práctica de coquetear a través de señales afectivas, pero sin ánimos de concretar. Dos especialistas explicaron a Infobae por qué puede dañar
Relacionarse sentimentalmente con otras personas puede ser una aventura fantástica y repleta de amor. Sin embargo, como nada en el mundo es perfecto, es habitual que surjan obstáculos de todo tipo que ponen en jaque la pasión. Sin dudas, uno de esos escollos puede estar en las actitudes: hay formas de proceder que, con o sin intención, tienen una repercusión negativa en el prójimo. ¿Un ejemplo? El breadcrumbing, un término acuñado para definir a aquellos comportamientos de coqueteo o de insinuación amorosa que, en el fondo, no surgen con pretensiones verdaderas de avanzar o de implicarse afectivamente.
En inglés, breadcrumbing significa pan rallado: una manera metafórica de referirse a las señales intermitentes —migas— que se dejan en el camino sólo para llamar la atención y atraer al otro. Esta alusión tiene su origen en el histórico cuento infantil Hansel y Gretel, más precisamente en la escena en la cual uno de los hermanos deja migajas de pan para encontrar el camino de vuelta a casa.
La psicóloga y escritora Beatriz Goldberg (MN 6235) dialogó con Infobae y profundizó sobre estas actitudes, a las que considera tóxicas: “Hoy en día se hace todo rápido y fugaz para no ponerse el tinte de la responsabilidad y para no hacerse cargo. Entonces se da ese coqueteo, sobre todo en las redes con los ‘me gusta’, sólo para que el otro sienta que estoy cerca y presente”.
Como en este caso las intenciones no van más allá de la mera seducción ocasional, Goldberg describe que quienes ejercen breadcrumbing “dejan la puerta abierta para coquetear en más de un lugar: no se la quieren jugar con nadie y, por las dudas, tienen a mano a varias personas. Si no funciona con una, siguen con otra”. Estas situaciones están especialmente presentes entre los jóvenes por medio de las redes sociales: “Vivimos en la cultura del ‘vamos viendo’ o ‘vemos cómo pinta’: hacen esto así no se la juegan a comprometerse de verdad con la excusa de que son libres y de que no pueden programar porque es malo hacer compromisos a largo plazo”, dijo la profesional.
De todas formas, Goldberg observa estas formas de proceder no sólo en la juventud sino también en personas de mediana edad que se separaron: “Lo que pasa es que, por ejemplo, algunos tienen hijos y no quieren comprometerse mucho”, detalló.
Un ensayo del psicólogo estadounidense experto en terapia de parejas, Loren Soeiro, postuló que el breadcrumbing también tiene que ver con “engañar a alguien”. ¿Cómo? Prestándole “sólo un poco” de atención por medio de métodos y de técnicas como cancelar planes regularmente o enviar mensajes de texto íntimos a altas horas de la noche sin previo aviso. Los motivos de estas actitudes pueden ir desde “problemas de relación circunstanciales hasta patologías de la personalidad”, de acuerdo a la publicación de Soeiro en la revista especializada Psychology today.
Las consecuencias sentimentales de estos comportamientos varían según la intensidad y la frecuencia con las que ocurren, aunque los expertos señalan que las víctimas pueden sufrir soledad, tristeza, ansiedad o angustia. “Este proceder suele generar en la otra persona ilusiones y expectativas sin que se sepa con certeza si hay intención de consolidar una relación. La poca frecuencia y la irregularidad de los contactos dificultan que surja confianza en el vínculo”, dijo en diálogo con Infobae María Fernanda Rivas (MN 14.577), psicoanalista especializada en familias, parejas y grupos.
De todas maneras, Rivas advierte que es arriesgado generalizar y equiparar a estos comportamientos con la falta de compromiso: “No hay que considerar todas las conductas de este tipo como una característica definitoria, porque detrás de ellas puede haber otros motivos como extrema cautela, dudas, necesidad de ir acercándose de a poco o incluso de poner a prueba al otro para verificar su interés. Las vicisitudes de la vida afectiva son sumamente complejas. Detrás de las redes sociales encontramos seres humanos que sufren por amor tanto como en la presencialidad”.
Según las expertas consultadas por Infobae, para evitar el breadcrumbing hay que relacionarse con personas con las que sentimos afinidad y hay que tener lo más claro posible aquello que pretendemos en los vínculos. “A veces el otro está para vos pero no en la misma sintonía, y eso no te sirve. Tiene que haber dos o tres características con las que nos sentimos bien. Fidelidad, por ejemplo”, indicó Goldberg.
En 2020, un estudio realizado en España por profesionales del Departamento de Psicología en la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de Castilla-La Mancha encontró que el 35% de los jóvenes de aquel país admitió haber sido víctima de breadcrumbing. A su vez, los autores señalaron que estas actitudes predominan en los sitios y en las aplicaciones de citas online. “Las relaciones afectadas por esta práctica no progresan y nunca se establecen bien, por lo que carecen de compromiso. Aquellos que experimentan el breadcrumbing permanecen en un estado de ‘espera’, lo que a menudo puede hacer que se sientan excluidos”, indicaron los expertos en el escrito.