El mandatario socialista se mostró abiertamente en contra del objetivo de baja inflación del Banco Central y anunció la designación de dos nuevos integrantes de la Junta Directiva que representen los intereses y la visión económica del oficialismo.
En una nueva contienda en contra del Banco Central, el presidente Lula da Silva anunció que próximamente serán nombrados dos nuevos integrantes de la Junta Directiva de la institución, en los lugares que hoy están vacantes y que podrían condicionar el accionar de la política monetaria del país.
Si bien esta decisión está en línea con las competencias que la ley de independencia de Bolsonaro delega en la figura del Presidente, y de hecho no se produce un retroceso legal o formal sobre la independencia del Banco Central, lo cierto es que los inversores locales y extranjeros se encuentran expectantes de la decisión ya que se espera que Lula designe dos militantes oficialistas en estos cargos, lo que rompería con la autonomía de la entidad monetaria.
Lula no titubeó al admitir que los nuevos nombramientos responden pura y exclusivamente a los intereses del Gobierno y a su visión económica (socialista e intervencionista). El mandatario no solo cuestionó públicamente la autonomía del Banco Central, oponiéndose a la legislación de su predecesor, sino que además cuestionó la política monetaria del presidente Roberto Campos Neto.
El Banco Central de Brasil llevó la tasa de política monetaria SELIC al 13,75% nominal anual desde junio del año pasado, lo cual lleva a la tasa efectiva al 14,65% si se considera la reinversión constante sobre los rendimientos al cabo de 12 meses.
Esta determinación fue severamente cuestionada entre la izquierda brasileña, por economistas heterodoxos y por el propio Presidente Lula, argumentando que la tasa es excesivamente alta en términos reales (la inflación cayó del 12% al 5,6% desde junio del año pasado) y que esto conduce a una tendencia recesiva sobre el nivel de actividad (que cayó en los últimos meses de 2022).
Sin embargo, la dureza de la política monetaria es necesaria para mitigar la amenaza inflacionaria y para cumplir el target objetivo de la institución en torno al 3% de variación interanual en los precios minoristas (con un grado de tolerancia del 0,5%). Este es el objetivo fundamental de la política monetaria del país, por encima de cualquier otra pauta en materia de ocupación o actividad.
Existen razones para justificar el accionar de Campos Neto. La inflación mensual escaló al 0,84% en enero (por encima de lo esperado) y promedió el 0,6% desde octubre del año pasado, cuando el promedio entre 2018 y 2019 fue de tan solo la mitad.
Por otra parte, el IPC núcleo todavía continúa observando tasas de variación interanual superiores al 7,5%, si bien se desaceleró notoriamente desde junio de 2022. Se debe considerar que antes de la pandemia la inflación núcleo (sin alimentos ni precios de la energía) no superó nunca el 4% interanual.
Un ingrediente adicional para la estabilidad es el comportamiento de las expectativas y la demanda de reales. A partir del cambio de Gobierno las expectativas por un mayor crecimiento del déficit fiscal crecieron drásticamente, y ante la imposibilidad de financiar la totalidad de los desequilibrios futuros de manera no inflacionaria (con más endeudamiento) aumenta el riesgo latente por una inflación más elevada y persistente.
The post Después de haber cuestionado la independencia del Banco Central, Lula designa dos nuevos integrantes de la Junta Directiva first appeared on La Derecha Diario.