Washington pide compromisos “serios” y será una voz internacional clave para el reconocimiento del resultado electoral en Venezuela, según expertos. El chavismo verá trastocado su estilo de negociar con dilaciones y sin avances, tras la decisión de Biden de no buscar la reelección, según expertos.
Por vozdeamerica.com
El reloj avanza más rápido que de costumbre en las negociaciones directas entre los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela desde que el presidente Joe Biden renunciara a su aspiración a reelegirse y en las vísperas de una elección clave en el país suramericano, según expertos.
Mientras un vocero del Departamento de Estado confirmó el apoyo de Washington a un diálogo ” de buena fe” con todos los actores políticos de Venezuela, el chavismo tendrá que demostrar prontamente que puede dar concesiones políticas concretas en esas conversaciones, según los analistas.
Estados Unidos continuará apoyando el diálogo “de buena fe” con una amplia variedad de actores políticos de Venezuela y el deseo de su pueblo por unas elecciones “competitivas e inclusivas”, afirmó a la Voz de América un vocero del Departamento de Estado un día después del retiro electoral de Biden.
Estados Unidos “da la bienvenida al diálogo de buena fe” en Venezuela, si bien tiene claro que un cambio democrático mediante elecciones “no será fácil y requiere compromisos serios”, dijo el portavoz al ser consultado sobre el compromiso de Biden con las negociaciones en Venezuela.
Estados Unidos “continuará trabajando” con la comunidad internacional y los actores políticos para apoyar la aspiración de los venezolanos porque su país sea “más democrático, estable y próspero”, añadió el funcionario.
El presidente Biden, de 81 años, anunció este domingo su decisión de retirar su candidatura para la reelección y respaldó a su vicepresidenta, Kamala Harris, para aspirar al cargo por parte de los demócratas en la votación de noviembre próximo.
Biden tomó la decisión tras considerar lo que era mejor para su partido y para Estados Unidos, dijo en un comunicado. Varios altos cargos del partido demócrata lo habían presionado para que se hiciera a un lado, cuestionando su edad y capacidad para derrotar al expresidente republicano Donald Trump, recién nominado por su partido a los comicios.
Una competencia que incluye a Venezuela
Según Biden, concentrará sus energías en sus “deberes” como presidente durante el resto de su mandato, que culminará en enero del próximo año, tras unas elecciones que enfrentarán a Trump y a quien sea nominado por los demócratas.
La crisis política de Venezuela ha sido parte de las ocupaciones de Biden en sus tres años y medio de mandato. Su gobierno ha reconducido la política norteamericana de sanciones económicas contra instituciones y funcionarios del país suramericano y también ha sostenido conversaciones directas con el gobierno de Nicolás Maduro.
Tanto Washington como Caracas confirmaron que representantes de ambos gobiernos sostuvieron a principios de este mes una reunión a distancia, de manera virtual, donde acordaron trabajar para ganar “confianza” entre ellos y mejorar las relaciones.
En junio de 2023, esas conversaciones directas ocurrieron en Doha, Qatar, entre dos emisarios de las administraciones de Maduro y Biden. Estados Unidos ha pedido al gobierno madurista respeto a los derechos políticos y electorales en Venezuela, mientras el chavismo demanda el fin de las sanciones económicas, entre otros asuntos.
La salida de Biden de la carrera presidencial ocurre en un momento clave para Estados Unidos y Venezuela: los venezolanos elegirán este domingo a su presidente por el período 2025-2031; y los estadounidenses harán lo propio en noviembre para los próximos cuatro años.
El estilo de negociación de Maduro “se le cambia a destiempo” con la renuncia de Biden a su aspiración electoral, según Félix Gerardo Arellano, especialista en estudios internacionales de la Universidad Central de Venezuela y doctor en ciencias políticas.
El gobierno de Maduro, con sede en el palacio de Miraflores, en Caracas, “siempre ha jugado a utilizar el tiempo a su favor” para “desgastar a las partes” sin mostrar resultados de esas conversaciones, dice.
Su esquema es mantener latente una negociación “que no avanza”, asegura el profesor universitario. La nueva realidad política supone un cambio, remarca. Según Arellano, la posibilidad de que Trump gane la elección en noviembre “complica” aún más la presunta intención de negociar “sin ir a los fondos, sin avanzar realmente”.
Incertidumbres sobre los acuerdos
Mariano de Alba, abogado venezolano especializado en geopolítica, derecho internacional y diplomacia, cree que la dimisión electoral de Biden añade “mayor incertidumbre” en un momento en el que el rol de Estados Unidos puede ser “clave” para impulsar una negociación que permita una transición a la democracia en Venezuela.
Además, visto desde la óptica del oficialismo venezolano, puede generar “desconfianza” en cuanto a cualquier garantía o acuerdo que pueda ofrecer la Casa Blanca en ese marco.
“No habría claridad si ese acuerdo sería respetado y mantenido por una eventual administración Trump”, asegura a la VOA De Alba, quien recordó que el Departamento de Estado mantiene una oferta de recompensa millonaria a quien colabore con el arresto de Maduro y varios de sus principales colaboradores, como el diputado Diosdado Cabello.
El experto opinó que la opositora María Corina Machado, entre las principales protagonistas de la votación en Venezuela a pesar de no ser candidata, sería de gran “influencia” entre demócratas y republicanos para dar “cierta garantía” al chavismo en cuanto al respeto a esos compromisos en Estados Unidos, haya o no cambio de gobierno en enero de 2025.
Para Miraflores, es necesario avanzar rápidamente con Biden “en temas cruciales”, como las sanciones personales, la postura de Estados Unidos sobre fondos venezolanos congelados en el extranjero y la obtención de créditos en entes multilaterales, opina.
Siendo presidente, Trump desconoció a Maduro como presidente e intensificó las sanciones económicas contra su gobierno. Maduro, por su parte, no es el favorito para ganar la elección presidencial del domingo en su país, según analistas independientes.
La política exterior no se detiene
El gobierno de Biden será un actor clave en la comunidad internacional luego de la inminente elección presidencial en Venezuela, comenta a la VOA Giulio Cellini, abogado versado en procesos de transición y analista de relaciones internacionales.
El presidente estadounidense seguirá al frente de la política exterior de su nación hasta enero de 2025 y tendrá que reaccionar a los resultados electorales de Venezuela, bien sea que gane la oposición, o que Maduro se reelija, señala.
“Cualquier negociación en torno a la situación política en Venezuela la llevará adelante la administración Biden”, dice Cellini, acotando que la política exterior de Estados Unidos es un asunto separado de la campaña electoral y los asuntos propios de la política interna.
Si triunfa el candidato opositor venezolano Edmundo González Urrutia, Estados Unidos “será fundamental” en establecer condiciones para que sea posible una transición política en Venezuela y que pueda tomar posesión de su cargo en enero de 2025, remarca.
Este domingo, el presidente Maduro valoró como “sabia, sensata y correcta” la decisión de Biden, con cuyo gobierno dijo tener un diálogo “permanente” y “diferencias”.
Flexibilidad en vilo
Arellano, por su parte, resalta que Maduro reconoce que el diálogo con la Casa Blanca ha sido “fluido” durante la presidencia de Biden. Ahora, esas negociaciones son una incógnita.
“Miraflores ha entendido que Biden sí estaba dispuesto a ceder, que sí era flexible”, pero el fin de ese tipo de negociación “ya tiene fecha” de caducidad, apunta. “La actitud de Miraflores de ‘mantener la mesa para no avanzar’ ya no le funciona”, insiste.
Arellano anticipa un contrapeso “muy duro” del partido republicano a cualquier decisión potencialmente polémica de la Casa Blanca sobre Venezuela en ese contexto electoral de ambos países.
Pone en duda que haya una nueva “flexibilización” de Estados Unidos sobre Venezuela tras la decisión electoral de Biden y después del “incumplimiento” de buena parte de lo acordado en las distintas negociaciones, como las de Barbados, Qatar y México.
“Miraflores quisiera aprovechar estos meses para concluir, pero ese no era su estilo de negociación, ahora lo tiene que cambiar y no está dando las condiciones favorables para que haya ese avance que quisieran en este momento”, concluye Arellano.