El acuerdo preliminar permitiría el comercio mediante el uso del real y el yuan, sin necesidad de usar el dólar como intermediario. Brasil no lidia con problemas de divisas o controles cambiarios, por lo que las medidas obedecen a un servilismo político con China.
El socialismo brasileño encabezado por el presidente Lula da Silva anunció un nuevo acuerdo con China, tras casi tres meses de negociaciones y un sello preliminar en enero, por medio del cual se instrumentará un mecanismo para desarrollar el comercio bilateral usando exclusivamente las monedas nacionales: el real y el yuan respectivamente.
Se trata de un acuerdo de gran relevancia para el comercio de ambos países. China se convirtió en el principal socio comercial de Brasil en las últimas dos décadas (superando a la Argentina), y Brasil se transformó en el principal destino de la inversión extranjera directa de capitales chinos en América Latina. Asimismo, es un acuerdo importante por cuanto vincula a la segunda economía más grande del mundo con la economía más importante de sudamérica.
La principal prioridad del acuerdo es desplazar el uso del dólar estadounidense como medio de cambio para realizar transacciones de comercio bilateral, inversiones de todo tipo o transacciones financieras.
El Bank of Communications BBM, el Banco Industrial y Banco Comercial de China serán las instituciones financieras que garantizarán la vía directa de conversión de monedas, mientras que el banco BBM de Brasil tendrá la misma función. Asimismo, Brasil entrará formalmente en el sistema CIPS (la red interbancaria de pagos de China), el equivalente chino al sistema Swift internacional.
El comercio bilateral entre ambos países totalizó los US$150.500 millones en el año 2022, y las exportaciones brasileñas hacia el gigante asimático superaron los 89.000 millones de dólares en un año. El acuerdo tendrá un impacto sustancial sobre estas transacciones, pero verdaderamente no existen mayores razones económicas para justificar el acuerdo, sino más bien políticas.
La Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones (ApexBrasil) justificó las medidas y aseguró que la conversión directa de rales a yuanes contribuirá a bajar los costos transaccionales para favorecer el comercio y la inversión. La moneda china no es convertible, y los controles de capitales podrían afectar los acuerdos entre ambos países.
La principal razón por la cual se utiliza al dólar como medio de cambio comercial es su estabilidad, permitiendo así mantener inalterado el valor real de los contratos. El régimen chino, por el contrario, hizo uso de numerosas “devaluaciones competitivas”, restricciones e intervenciones cambiarias para apreciar o devaluar la moneda a discreción.
Por otra parte, Brasil no aplica controles de cambios y por lo tanto no debe lidiar con un problema de falta de divisas como ocurre en Argentina o Venezuela. En otras palabras, al tipo de cambio de mercado no existe ni escasez de dólares ni de cualquier otra divisa que pueda disponer.
El reemplazo del dólar por el uso de monedas nacionales no obedece a ningún objetivo de “ahorro” de dólares, como sí podría ser pertinente en la Argentina kirchnerista o la Venezuela chavista. Las principales motivaciones del acuerdo son políticas, y obedece a una situación de vasallaje político de Brasil con respeto al régimen de Xi Jinping.
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