La firma IHS Markit confirmó que la actividad volvió a desacelerarse al término del mes de septiembre, después del ligero repunte de agosto. La economía más importante del mundo se encuentra estancada desde noviembre del año pasado.
Cada vez más indicadores mensuales sugieren la profundización de la tendencia recesiva para Estados Unidos, en contraposición de la postura oficial de la Casa Blanca y Joe Biden. La proxy mensual del PBI, medida por la firma IHS Markit, registró una caída del 0,13% al término del mes de septiembre.
El indicador de IHS Markit revela que la actividad se contrajo en septiembre a causa de una caída en el nivel del saldo exportable neto. Asimismo, se produjo una nueva caída sobre la tasa de inversión residencial, aunque fue parcialmente compensada por la estabilidad en el consumo y el aumento en la inversión bruta fija.
La actividad económica mensual acumuló un crecimiento de tan solo el 0,49% desde noviembre del año pasado, y en el mismo período de tiempo la tasa de inflación interanual saltó del 6,22% al 8,2%. La economía estadounidense registra el primer escenario de estanflación en casi 40 años.
El PBI estadounidense registró una expansión del 1,2% al término del tercer trimestre del 2022, después de haber caído dos trimestres consecutivos y entrar formalmente en una situación recesiva. Se proyecta un ligero crecimiento del 0,5% para el último trimestre del año.
Pese a los fuertes estímulos fiscales aprobados entre abril de 2020 y marzo de 2021, la economía no logró recuperar la tendencia de crecimiento que tenía antes de la pandemia. Las políticas keynesianas generaron un gran costo en materia fiscal y financiera, pero los resultados prometidos sobre la actividad no aparecieron.
El aumento de la tasa de política monetaria produce una desaceleración cada vez más notoria sobre la actividad económica, en un intento por contener el nivel de aumento de los precios.
La persistencia de los desequilibrios fiscales bajo las medidas del presidente Biden y la falta de resultados de la política monetaria provocaron una reacción adversa en los mercados, que descuentan una situación de estanflación mucho más prolongada de lo que estaba previsto tras el fin de la pandemia.
Los principales indicadores bursátiles de Estados Unidos siguen reflejando caídas nominales sobre el precio de los activos, un efecto aún más pronunciado descontando la inflación.
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