La aerolínea ultra low cost ha sabido aprovechar las oportunidades que trajo la crisis de la pandemia y su llegada al mercado doméstico de Perú es la más reciente y en la que quieren concentrarse -además de Chile y Argentina- para seguir creciendo. La posibilidad de expandir las operaciones a mercados como Brasil o Colombia, no serán consideradas por la compañía este año
Sin prisa, pero sin pausa. Aquella frase atribuida al filósofo Séneca, parece ser la máxima de Estuardo Ortiz, CEO de Jetsmart, en su objetivo de convertir a la aerolínea en la línea aérea de bajo costo líder de Sudamérica. Ha estado al frente de la compañía desde su nacimiento hace casi seis años y durante ese tiempo estuvo concentrado en crecer en sus dos mercados, Chile y Argentina, bajo una estrategia que implica una conectividad diferenciada a la del resto y los precios más bajos que los de su competencia. Ahora, cuando la industria aérea busca recuperarse de su peor crisis del siglo producto de la pandemia del COVID-19, la aerolínea propiedad del fondo de inversión Indigo Partners, que se autodefine como “ultra low cost”, mira estratégicamente los espacios que han dejado algunas líneas -justamente por esta crisis- para ganar terreno. Y su llegada hoy al mercado doméstico de Perú es parte de ese plan.
“La crisis ha sido muy difícil, pero también ha estado llena de oportunidades y Perú ha sido la más clara para nosotros ahorita”, reconoce Ortiz en una entrevista telefónica con AméricaEconomía mientras recorría el hangar de Jetsmart en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en Lima. La aerolínea ya volaba a Perú a través de rutas internacionales desde 2017, pero no fue sino hasta finales de 2021 cuando decidió dar el paso de entrar al mercado doméstico. El pasado 7 de abril recibió de parte de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) la certificación como operador aéreo local.
“En Perú hubo una reducción de líneas aéreas, por lo que creemos que este es un buen momento […] El país se ha ido recuperando de la pandemia y se están reduciendo las restricciones. Esa capacidad que se había perdido y va a estar disponible de nuevo, es la que estamos buscando en Jetsmart para aprovecharla”, comenta Ortiz.
Jetsmart es una aerolínea con visión sudamericana, por tanto, los mercados domésticos son como su columna vertebral; una ventaja que quiere aprovechar el jefe de la compañía a propósito de que este tipo de mercado ya opera en la región a casi el 100% de su capacidad respecto a 2019. “Esa es una tendencia que identificamos y por eso decidimos iniciar un proceso de certificación para establecer a la aerolínea en Perú”, dice.
Con la certificación en mano, la low cost se apresta a alzar vuelo a inicios del segundo semestre y los boletos -que en promoción pueden adquirirse desde 10 soles (US$ 2,5)- ya están a la venta desde hace dos semanas. La compañía iniciará operaciones con 13 rutas, de las cuales nueve saldrán desde Lima hacia el interior del país, mientras que cuatro conectarán regiones sin pasar por la capital, una estrategia que le ha funcionado muy bien en Chile y Argentina. Estas rutas serán Arequipa-Cusco, Arequipa-Trujillo, Arequipa-Piura y Arequipa-Tarapoto. Las que saldrán de Lima aterrizarán en Iquitos, Tarapoto, Cusco, Juliaca, Arequipa, Trujillo, Cajamarca, Piura y Talara.
“El objetivo que nos estamos trazando es volar un millón de pasajeros en el primer año, principalmente estimulando a quienes vuelan muy poco o no volaban antes”, señala. Para lograrlo -explica Ortiz- aplicará la misma fórmula que les ha dado buenos frutos hasta el momento, que es ofrecer una conectividad distinta a la del resto de las aerolíneas y vender con las tarifas más bajas que las de sus competidores.
“Más que ir a competir, nosotros vamos a buscar estimulación de mercado […]. Perú ha sido constante en su crecimiento año a año y aún hay espacio y mucho potencial para seguir creciendo”, sostiene.
También desde Lima, en octubre la aerolínea iniciará operaciones de la ruta hacia Buenos Aires, a través de cuatro vuelos semanales. “Vemos en el público peruano y argentino una buena respuesta a la propuesta de viajar entre ambos países”, destaca Ortiz. La nueva ruta -cuyos boletos ya están a la venta- abre además la oportunidad para atender la necesidad de transporte de carga entre ambos países.
Sin embargo, la falta de una infraestructura adecuada representa un claro obstáculo que amenaza los planes de Jetsmart. “Este es, sin duda, uno de los factores que nosotros vemos como desafíos u obstáculos para el crecimiento”, señala Ortiz, quien reconoce además que no es un problema solo de Perú, sino de la región en general. Por lo pronto, el CEO de la low cost confía en que el plan de expansión del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez siga avanzando y permita ir atendiendo la capacidad que poco a poco va retomando su curso. “Lo importante es que sea una ampliación efectiva en el corto plazo y que tenga costos operativos eficientes, porque finalmente eso se traduce en mejores precios para los usuarios”, dice.
NI COLOMBIA, NI BRASIL
Jetsmart opera 60 rutas en Sudamérica, con servicios que incluyen -además de sus vuelos domésticos en Chile, Argentina y ahora, Perú- conexiones internacionales con Colombia, Uruguay y Brasil. Hasta el momento ha logrado recuperar sus operaciones domésticas en un 86% respecto a la capacidad que volaba antes de la pandemia, mientras que la internacional está por el orden del 55%. “Así que el enfoque nuestro en este momento está 100% en volver a crecer”, comenta Estuardo Ortiz.
Pero crecer no implica entrar a nuevos mercados, por lo que las posibilidades que se avizoraba de abrir una filial en Brasil o Colombia quedan descartadas en el corto plazo. “Es el momento de enfocarnos en Chile, Argentina y Perú e ir desarrollando el plan de largo plazo de conectar a 100 millones de pasajeros en Sudamérica y contar con 100 aeronaves a 2028. Ya veremos el año entrante como se desarrollan las cosas”, explica el jefe de la aerolínea.
El año pasado Jetsmart suscribió con el fabricante Airbus un acuerdo de adquisición de 76 aeronaves, como parte de su plan de convertirse en la low cost más grande de Sudamérica y actualmente cuenta con una de las flotas más modernas de la región, con 17 Airbus A320/A320neo, a la que sumará en junio el primer A321neo XLR. “Si seguimos por ese camino, seguramente vamos a poder ser la low cost líder de la región”, asegura.
América Latina es una región de cerca de 430 millones de habitantes que en 2019 registró unos 230 millones de vuelos y, según explica Ortiz, si se alcanza un viaje per cápita el mercado crecería más del 60%. “Es cuestión de aprovechar las oportunidades”, dice. No obstante, la posibilidad de volar fuera de la región no es algo que descarte del todo. “Yo creo que en un futuro, a largo plazo, vamos a explorar rutas fuera de la región, pero siempre volando desde Sudamérica […] porque yo creo que el centro de este negocio va a ser volar en mercados domésticos e internacionales de Sudamérica”, comenta.
El año pasado -y también para lograr su objetivo de crecimiento orgánico- la compañía sorprendió al mercado al anunciar un acuerdo de código compartido con la norteamericana American Airlines, una alianza que le permitirá complementar su oferta con vuelos de larga distancia. “Es una alianza puntual y en la que estamos avanzando”, señala, al tiempo que aclara que en el fondo el plan siempre será mantenerse dentro del modelo de bajo costo. Por tanto, descartó que por el momento busquen generar nuevos acuerdos comerciales o alianzas con otras compañías como las que se han venido dando en la región, entre la que destaca la recién anunciada fusión entre las colombianas Avianca y Viva Air.
El año pasado Jetsmart suscribió con el fabricante Airbus un acuerdo de adquisición de 76 aeronaves, como parte de su plan de crecimiento | Jetsmart
EL MODELO COMO VENTAJA
Si algo defiende Ortiz, es que el modelo en el que han estado apostando desde el principio, no solo funciona sino que ha sido una ventaja para enfrentar la crisis y lo es, también, para sobrevolar el escenario de alza de precios del combustible que ha surgido a nivel mundial a raíz de la guerra entre Ucrania y Rusia. En el caso del modelo Jetsmart, incluye flotas nuevas y más eficientes (los A320Neo) que tienen un 25% menos de consumo de combustible. “Ese es uno de nuestros atributos, contar con la flota más nueva de Airbus en el mundo y eso nos deja competitivamente bien posicionados para continuar siendo la línea aérea que ofrece los precios más bajos”, asegura.
Aunque reconoce que cuando sube el combustible el efecto termina sintiéndose directamente en los consumidores, defiende que la estrategia de Jetsmart siempre va a ser estar por debajo de la competencia con precios bajos. “No veo un riesgo en términos de conectividad ni de estimulación en el caso del plan de crecimiento nuestro”, insiste.
Antes de aterrizar en Jetsmart en 2016, Estuardo Ortiz desempeñó cargos ejecutivos en las aerolíneas legacy TACA y Avianca, pero hoy está convencido de que el modelo “más amigable y eficiente” es el low cost. “El cliente tiene el poder de escoger qué es lo que quiere y lo no que quiere […]. Es un modelo que funciona y eso nos da mucha satisfacción. Hay más conectividad y más gente volando”, dice.
Con este modelo, que en el caso de Jetsmart incluye flotas nuevas, ventas digitales, alta tecnología en manejo de combustible y peso de las aeronaves -que la han llevado a catalogarse precisamente como “ultra low cost”- la aerolínea se concentra en su nuevo mercado y en seguir recuperando Chile y Argentina. En este último país, pese a que ya operan al 100% de su capacidad respecto a niveles de prepandemia, la compañía se alista para lidiar con una banda de precios en las boletos aéreos que ha establecido el Gobierno de Alberto Fernández, la más reciente de una serie de medidas que la industria aérea ha criticado por considerar que frena su recuperación. “Preferimos la libre competencia, estas medidas no son la mejor forma de desarrollar la industria”, señala Ortiz.
Por lo pronto, trabajan con las autoridades para conocer mejor la nueva Ley, que hasta ahora no cuenta con una norma específica. “Ya veremos cuando haya más detalles, hasta el momento los resultados en Argentina son buenos. Y nos vamos a enfocar en mantenerlos y replicar la experiencia en Perú”, concluye.