Una estudiante universitaria rusa llamada Olesya Krivtsova ha estado faltando mucho a clases últimamente. La razón es que Olesya, de 20 años, está bajo arresto domiciliario. Tiene un rastreador en su pierna. La policía puede monitorear todos sus movimientos.
¿Su presunto crimen? Olesya fue arrestada por hacer publicaciones contra la guerra en las redes sociales. En una de ellas, se refería a la explosión del pasado mes de octubre en el puente que une Rusia con la península de Crimea que Moscú se anexó en 2014.
“Publiqué una historia de Instagram sobre el puente”, le dice Olesya a la BBC, “reflexionando sobre cómo los ucranianos estaban felices con lo que había sucedido”. También había compartido la publicación de un amigo sobre la guerra. Ahí fue cuando empezó el drama.
Olesya, la “terrorista”
“Estaba hablando por teléfono con mi madre”, recuerda Olesya, “cuando escuché que se abría la puerta principal. Entraron muchos policías. Me quitaron el teléfono y me gritaron que me tirara al suelo”.
A Olesya la acusaron de justificar el terrorismo y desacreditar a las fuerzas armadas rusas. Se enfrenta a hasta 10 años de prisión.
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