Felipe VI encara este lunes y martes su enésima ronda de contactos en los nueve años de reinado, pero lo hace en un escenario político complicado por el tablero endiablado que dejó el 23-J. Y es que, deberá decidir si propone como candidato a la investidura al líder del PP, que obtuvo el mayor número de escaños (137), o al secretario general del PSOE, que, pese a los 121 diputados socialistas, consiguió armar una mayoría absoluta para la votación de la Mesa del Congreso.
Tanto si se decide por Alberto Núñez Feijóo como por Pedro Sánchez, la decisión, a buen seguro, será controvertida. De decantarse por Sánchez, será la primera vez que, después de la primera ronda de consultas, el rey propone al candidato que quedó por detrás del primero, aunque en el sistema parlamentario español no es la lista más votada la que tiene el derecho a gobernar, sino el candidato que es capaz de recabar más apoyos por parte del Congreso.
Hasta la fecha, ninguno tiene los apoyos suficientes garantizados, pero la elección de la socialista Francina Armengol para presidir el órgano de gobierno de la Cámara Baja evidenció que Pedro Sánchez podría estar más cerca de obtener una mayoría suficiente que Alberto Núñez Feijóo. En primera instancia, para la elección del presidente hace falta mayoría absoluta. “De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple”, según reza el artículo 99.3 de la Constitución.
Te puede interesar: El rey abre la ronda de consultas el lunes con UPN, CC, PNV y Sumar, y termina el martes con Vox, PSOE y PP
En ese mismo precepto viene recogido el procedimiento a seguir después de cada renovación del Congreso de los Diputados, que tuvo lugar el pasado jueves con la constitución de las Cortes. “El rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno”.
Cómo será la ronda de contactos
Según informó la Casa Real, la ronda comienza este lunes con UPN, CC, PNV y Sumar, y seguirá este martes con Vox, PSOE y PP. Finalmente, serán siete los representantes políticos que acudirán a La Zarzuela, una vez que ERC, EH Bildu, Junts y BNG declinaron su asistencia. Cabe recordar que hace cuatro años, Laura Borrás, portavoz de Junts per Catalunya, sí acudió al encuentro con el rey.
Felipe VI rey recibe a partir de las 10.30 horas, a Javier Esparza, de UPN, y a Cristina Valido, de Coalición Canaria; y por la tarde, a partir de las 16.00 horas, a Aitor Esteban, del PNV y Yolanda Díaz, de Sumar. El martes será el turno de los representantes de los tres partidos que obtuvieron un mayor número de escaños en las pasadas elecciones del 23 de julio: el presidente de Vox, Santiago Abascal (10.30 horas), el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (12.00 horas), y cerrará la ronda con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (16.00 horas).
Durante el reinado de Felipe VI, solo hubo un precedente en el que el ganador de las elecciones de diciembre de 2015, el popular Mariano Rajoy, renunció a ser el candidato al no tener los apoyos suficientes. Por ello, el rey abrió una segunda ronda de consultas y designó a Pedro Sánchez, que lo intentó en un pleno de investidura, pero no lo logró. El rey constató en una tercera ronda la ausencia de un candidato con opciones, por lo que procedió a disolver las Cortes y a la convocatoria de elecciones, que fueron en junio de 2016.
Dos hombres y un destino
Se da la circunstancia de que tanto Feijóo como Sánchez han admitido en público su deseo de someterse a una investidura. El líder popular dijo ante los suyos la semana pasada en el Congreso que tiene comprometidos “171 o 172″ escaños, contando con los votos de los populares (137), los de Vox (33) y el de UPN (1). Sin embargo, en la votación de la Mesa del Congreso, PP y Vox se fracturaron y votaron diferente, dejando la ultraderecha en el aire su apoyo a Feijóo en una posible investidura.
Por tanto, la candidata popular a presidir la Mesa, Cuca Gamarra, solo obtuvo la confianza de 139 diputados (los votos de su grupo y los de los diputados de UPN y Coalición Canaria). En cualquier caso, esta última formación, con la que el PP gobierna en coalición en Canarias, no ha dado por cerrado su apoyo al líder del PP si este es designado por el rey para asumir dicha responsabilidad.
En el bloque “plurinacional”, la realidad, de entrada, es compleja. Pero, precisamente, la votación del pasado jueves sienta un precedente de que PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG pueden llegar a entenderse. No será fácil y así lo advirtieron los partidos nacionalistas e independentistas. No obstante, PSOE y Sumar ya han puesto la maquinaria en marcha para tratar de volver a aglutinar estos votos para reeditar el Gobierno de coalición.
Independientemente del transcurso de estos contactos con estas formaciones, el objetivo más inmediato es saber a quién designará el rey tras la ronda de contactos, una decisión que el jefe del Estado comunicará previsiblemente este mismo martes por la tarde. Fuentes parlamentarias reconocen que, en caso de que se decante por Feijóo, la investidura podría ser la última semana de agosto, poniendo en marcha en reloj electoral.
“Si transcurren dos meses a partir de la primera votación de investidura y ningún candidato propuesto hubiere obtenido la confianza del Congreso, el presidente de la Cámara someterá a la firma del Rey el Decreto de disolución de las Cortes Generales y de convocatoria de elecciones y lo comunicará al Presidente del Senado”, contiene el Artículo 172 del Reglamento del Congreso.
Esto no quita que pudieran celebrarse dos sesiones de investidura con dos candidatos diferentes en el plazo de esos dos meses. La cuestión, en el supuesto del bloque progresista, es de si Sánchez conseguiría atraer de nuevo a ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG para lograr ser investido presidente de nuevo, ya que en el plano de la derecha, Feijóo ha sido hasta la fecha incapaz de armar una mayoría suficiente para convertirse en presidente.