Las dos naciones sudamericanas elevaron drásticamente el endeudamiento público para atender la crisis económica y social derivada de la pandemia de coronavirus. «Los dos países van a tener que hacer más si quieren reducir los déficits», afirmó la agencia calificadora.
Colombia y Chile tendrán dificultades a mediano plazo para estabilizar su deuda, por lo que deberían adoptar medidas fiscales adicionales para reducir sus déficits en medio de la incertidumbre política de cara a las próximas elecciones, dijo el martes un alto directivo de la agencia calificadora Fitch.
Las dos naciones sudamericanas elevaron drásticamente el endeudamiento público para atender la crisis económica y social derivada de la pandemia de coronavirus.
«Los dos países en el mediano plazo van a tener problemas para estabilizar su deuda», dijo el director de calificaciones soberanas de Fitch para América Latina, Richard Francis, en una conferencia virtual de la agencia para la región andina. «No vemos que se estabilice en Chile a mediano plazo porque hay muchas presiones sociales para incrementar el gasto».
El Gobierno de Chile proyecta un déficit fiscal de un 8,3% del Producto Interno Bruto (PIB) para este año, superior al 7,3% que registró en 2020, con un nivel de deuda bruta actual equivalente a un 37,5% del PIB.
A su turno, Colombia tiene como objetivo un déficit fiscal de un 8,6% para 2021, que disminuiría a un 7% el próximo año.
«Los dos países van a tener que hacer más si quieren reducir los déficits y estabilizar la deuda», afirmó el directivo, tras proyectar que las dos naciones tendrían que promover nuevas reformas fiscales para elevar impuestos.
Francis dijo que si bien una recién aprobada reforma tributaria en Colombia para recaudar alrededor de US$ 4.000 millones adicionales ayudaría a estabilizar su nivel de deuda en el corto plazo, este continúa por encima de sus pares con similar calificación.
«En el caso de Colombia va a haber un incremento de impuestos probablemente y en términos realistas en Chile va a haber alza de impuestos también por presiones sociales de mayor gasto y son presiones que van a crecer desde el lado político», explicó Francis.
En julio Fitch le quitó el grado de inversión a Colombia al reducir la calificación de riesgo a BB+ desde BBB- por el deterioro de sus métricas fiscales.
Incertidumbre electoral. Francis destacó que el principal foco de incertidumbre sobre Chile es el cambio de la Constitución y las próximas elecciones legislativas y presidenciales.
En la elección de los redactores de la nueva Constitución la gobernante centroderecha y la tradicional centroizquierda -que gobernó mayormente al país desde el retorno a la democracia-, sufrieron una derrota ante candidatos independientes y de una coalición de izquierda con el Partido Comunista.
«Volver a redactar la Constitución implica mucho más gasto, muchas de las incertidumbres en Chile se deben a esto», opinó Francis.
Para el caso de Colombia, Francis consideró que si bien el periodo electoral del próximo año para elegir un nuevo Congreso y presidente inyectará nerviosismo, la solidez de las instituciones evitaría cambios radicales en las políticas macroeconómicas de la cuarta economía de América Latina.
Si bien se espera una segunda ronda en las elecciones presidenciales colombianas, uno de los favoritos en las encuestas es el político de izquierda Gustavo Petro, un exguerrillero cuya cercanía con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y sus propuestas de gasto social hacen que se cuestione su disciplina fiscal.
Pero Francis desestimó esos temores.
«Sabemos que Petro es una persona muy importante (…) No esperamos un cambio en el marco económico en Colombia, creemos que hay suficientes controles y contrapesos», aseguró.