En el primer semestre del año la recuperación económica se aceleraba y los pronósticos apostaban a crecimientos exponenciales, al visualizar una rápida salida de la crisis provocada por la pandemia. Pero la aparición de la contagiosa cepa Delta provocó modificaciones constantes en las proyecciones desde julio, al iniciar el segundo semestre con un verano menos activo de lo que se creía.
Hay crecimiento, pero más lento. Según el Fondo Monetario Internacional, la economía mundial crecerá 5.9% en 2021, 0.1 puntos menos que la estimación prevista por el organismo en julio. Mientras que la previsión para el 2022 se mantiene igual en 4.9%.
Para el organismo las dificultades en las cadenas de suministro, el aumento de los precios de los alimentos y la gasolina, los efectos sufridos por la variante Delta y la desigualdad para el acceso a las vacunas entre los países, complicaba cumplir con el pronóstico de crecimiento.
“Las perspectivas para el grupo de países en desarrollo de bajos ingresos se han ensombrecido considerablemente debido al empeoramiento de la dinámica de la pandemia”, explicó Gita Gopinath, economista jefe del FMI, sobre las nuevas perspectivas del organismo.
“La rebaja también refleja perspectivas más difíciles a corto plazo para el grupo de economías avanzadas, en parte debido a interrupciones en el suministro”, sentenció.