Desde hace casi 20 años, la organización Foro Penal se ocupa de defender a los considerados presos políticos de Venezuela. Con 200 abogados y 6.000 activistas en todo el país, documentan los casos de detenciones arbitrarias, fallas en los procesos judiciales, así como las denuncias de tortura y maltrato. El presidente del grupo, Alfredo Romero, ofrece a RFI una radiografía de la situación.
Por RFI
El último reporte de Foro Penal, de fecha 4 de septiembre de 2023, da cuenta de 282 presos políticos en Venezuela. Casi la mitad no ha recibido condena y en casos extremos, ni siquiera han visto iniciar su juicio, lo que constituye una franca violación a la ley venezolana. Pero esa cifra no es tampoco un fiel reflejo de la realidad. Los números son aún más altos, según explica Alfredo Romero, de visita en los estudios de RFI en París.
“Existe lo que hemos denominado el efecto de ‘puerta giratoria’. Este tipo de regímenes – no sólo el venezolano sino también el cubano, el ruso y hasta el chino- encarcelan personas y excarcelan otras al mismo tiempo, a los efectos de no sostener, digamos, un número de presos políticos. Lo digo porque el número real de presos, las personas que han pasado por las cárceles terribles políticas en Venezuela, superan los 15.700 solo desde el año 2014, es decir, desde el año del actual gobierno de Nicolás Maduro.
Cuando hablamos de un preso político no es sólo una prisión arbitraria, hay una intención política detrás de la prisión. Incluso hay personas que han estado encarceladas por supuestamente asesinar a alguien y es simplemente un invento, una creación a los efectos de encarcelar a alguien que querían excluir del juego político. Puede ser un estudiante que protesta en las calles o ciertos líderes políticos. Muchos de los que competían políticamente con el gobierno actual estuvieron presos en algún momento, luego fueron excarcelados y tuvieron que salir del país.
RFI: ¿En qué condiciones están encarceladas estas personas, estos presos políticos?
Alfredo Romero: Hay dos centros de reclusión que son los peores. Por el aislamiento, por la falta de posibilidad de visitas incluso de los abogados. Uno de ellos es la Dirección General de Contrainteligencia Militar, que es lo que se conoce como el DGCIM. Un edificio en el sector Boleíta de Caracas, donde lamentablemente hasta ahora se han denunciado muchos casos de torturas, documentados incluso por la Organización de Naciones Unidas, por la Misión de Determinación de Hechos.
El otro lugar es el Helicoide, que es la sede de los servicios de inteligencia civil. Es el Servicio Bolivariano de Inteligencia. En esos dos sitios se encuentran los presos políticos más emblemáticos, como Javier Tarazona, defensor de Derechos Humanos, Roland Carreño, periodista que trabajaba con Leopoldo López. Está Edwin Marín Chaparro, un militar que se convirtió en enemigo importante del Gobierno. Se encuentran dos ciudadanos estadounidenses presos que se retienen como una especie de rehenes para negociaciones con el gobierno de Estados Unidos.
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