Las medidas comerciales del Presidente demócrata desataron el malestar entre los socios europeos. La Unión Europea reactivará los subsidios a fabricantes locales que compiten con importaciones estadounidenses, y estudia la vuelta de las cláusulas de compre local.
Tan pronto como asumió la dirección de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden emprendió una severa política comercial de corte proteccionista. A diferencia de las decisiones tomadas por la gestión anterior, esta vez las determinaciones son lisa y llanamente proteccionistas ya que se impusieron medidas contra el comercio multilateral y no solamente sobre la esfera de China.
Biden decidió ampliar las restricciones no arancelarias, ratificó el alejamiento de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica confirmó los aranceles contra China a pesar del acuerdo firmado por Trump en 2020, incrementó las tarifas aduaneras contra el acero canadiense y articuló un sistema de subsidios implícitos para productos que compiten con importaciones.
De manera silenciosa, la llamada “Ley de Reducción de la Inflación” allanó el camino para la incorporación de hasta US$ 369.000 millones en subsidios para empresas estadounidenses de ensamblaje de piezas industriales y baterías de automóviles, empresas que se exponen especialmente a la competencia contra las importaciones provenientes de Europa.
Los subsidios internos a la producción constituyen una forma implícita de proteccionismo moderno, ya que permiten generar una distorsión sobre la competencia (costeada por los consumidores locales) sin la necesidad de modificar las estructuras arancelarias vigentes y así sortear conflictos por incumplimiento de acuerdos con otros países.
Ya no se trata de una respuesta por la manipulación sistemática del tipo de cambio de un país en particular (como fue el caso de China durante la administración Trump), sino que la gestión demócrata impulsa una agenda abiertamente proteccionista para disminuir el rol del comercio internacional en la economía estadounidense.
Las medidas proteccionistas de Joe Biden provocaron una rápida y adversa reacción por parte de los socios europeos, que se ven doblemente frustrados por las medidas de China y ahora Estados Unidos en contra de sus exportaciones.
Las economías de Alemania y Francia anunciaron están dispuestas a reinstalar los subsidios a la producción interna de empresas tecnológicas europeas, expuestas a la competencia con importaciones estadounidenses y chinas.
También se baraja la posibilidad de reinstalar las cláusulas de “compre nacional” en las economías europeas, por medio de las cuales los Estados priorizan la adquisición de productos de fabricación local por sobre otros al momento de desarrollar el consumo público.
La proliferación de una eventual “guerra comercial” entre Estados Unidos y la Unión Europea supondría una dramática detención súbita a la expansión y la globalización del comercio internacional que se vivía desde las décadas de 1980 y 1990.
Se corre el riesgo de estancar las negociaciones por la eventual firma del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos, un acuerdo que buscaba ser aprobado por la gestión Trump precisamente a partir de la eliminación de subsidios a la producción doméstica en cada país.
El virulento cambio en la política de la Casa Blanca pone en jaque la aprobación del acuerdo de libre comercio entre ambas esferas económicas, que prometía ser de los más importantes acuerdos de este siglo.
La gestión Biden quiebra una tradición histórica en el Partido Demócrata, que normalmente se mostraba favorable a la expansión del comercio internacional, un pensamiento usual incluso entre exponentes como Paul Krugman y Larry Summers.
The post ¿Hacia una nueva guerra comercial? Las políticas de Biden desatan la respuesta proteccionista de la Unión Europea first appeared on La Derecha Diario.