La economía en Venezuela enfrenta grandes desafíos como la inflación creciente, inestabilidad del tipo de cambio y recesión económica, aspectos que difícilmente tendrán una mejoría significativa en el último trimestre de este 2023, de acuerdo a la perspectiva del economista y profesor de la Universidad de Carabobo (UC), Carlos Ñáñez.
Informó que durante el primer semestre de 2023, en Venezuela se registró una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de 7 puntos porcentuales. Explicó que después de dos trimestres de caída en la actividad económica, se entra técnicamente en un proceso de recesión.
El jefe del departamento de Teoría Económica de la Escuela de Economía de la UC señaló que la contracción del ingreso, aplicación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), contracción del gasto público, el default de la deuda pública y la crisis de los servicios públicos, particularmente de la energía eléctrica, son algunos de los factores que conforman el cuadro que generaron la recesión económica en el primer semestre de este año.
Aunque según proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera un crecimiento del PIB del 5,0 % a finales de año, el economista Ñáñez asegura que, en el mejor de los escenarios, el crecimiento no será superior a 2 %.
“Una recuperación de 1 o 2 puntos porcentuales no superará una caída de 7 puntos porcentuales en todos los sectores de la economía. La crisis de los servicios públicos se va a seguir manteniendo y esa crisis de los servicios públicos impacta sobre la capacidad de recuperación de la economía y la crisis del crédito”, manifestó.
Inflación en ascenso
La recesión económica ha estado enmarcada en un contexto inflacionario. El Observatorio Venezolano de Finanzas informó que la inflación de agosto de 2023 fue de 13,6 %, mientras que las tasas de inflación anualizadas y acumuladas se situaron en 422 % y 144,6 %, respectivamente.
Para el economista Ñáñez, Venezuela podría cerrar el 2023 con una inflación entre 450 y 500 puntos porcentuales.
“Volveremos a estar en unos estándares de hiperinflación. Venezuela es una economía estanflacionaria y la recuperación muy pobre del segundo semestre no compensará la caída del primer semestre”, afirmó.
Alza del dólar
Según apuntes del profesor universitario, en lo que va de octubre el Banco Central de Venezuela (BCV) ha inyectado alrededor de 52 millones de dólares a la banca, por lo que se espera que la cifra inyectada para finales del mes se ubique entre 300 o 320 millones de dólares.
Detalló que este año, el BCV ha inyectado alrededor de 3.100 millones de dólares al sistema bancario para frenar el crecimiento del tipo de cambio.
Ñáñez indicó que todas estas intervenciones cambiarias han promovido una “sobrevaluación del bolívar frente al dólar”, además de un aumento continuo en la estructura de precios de la economía, lo que genera que el dólar pierda poder de compra. Esto es lo que algunas personas llaman “inflación en dólares”.
“¿Para el ciudadano de a pie en qué se va a traducir esto? En menor capacidad de compra, menor capacidad de acceso a los mercados, en mayor empobrecimiento, en menor cobertura de los servicios públicos y en mayor grado de incertidumbre”, aseguró.
El jefe del departamento de Teoría Económica de la Escuela de Economía de la UC alertó que, de continuar la conducta de inyección del BCV hacia la economía, en diciembre el tipo de cambio podría cerrar entre 65 y 70 bolívares por dólar. “Hemos perdido más del 80 % del valor de la moneda, estaríamos hablando de la desaparición fáctica del bolívar. Tener un dólar en 65 bolívares es un drama para una economía como la venezolana”, destacó.
Aumento de salario
Consultado sobre en cuánto debería situarse el salario mínimo en Venezuela, el economista dijo que debería estar situado en 250 dólares per cápita, que es lo que se paga en la región. Sin embargo, aclaró que el Estado no tiene los ingresos suficientes, sobre todo provenientes de fuentes externas como el petróleo, para financiar el ingreso de los 8 millones de funcionarios que conforman la administración pública.
Señaló que a pesar de que los economistas no pueden estimar cuánto es el nivel de ingreso de la República, debido a que la administración de Nicolás Maduro dejó de presentar formalmente los presupuestos, conocen que hay una dificultad de flujo de caja, especialmente del sector externo petrolero del cual depende 95 % de la economía venezolana.
“Este es un gobierno que no rinde cuentas, en donde no hay una presentación de un presupuesto nacional. Si usted no presupuesta cuáles son sus fuentes de ingreso, por ejemplo, Petróleos de Venezuela produce 700.000 barriles de petróleo y en el primer semestre del año disminuyó 17 puntos porcentuales, esos son datos extraoficiales que no los publica la industria petrolera (…) No hay fuentes de financiamiento público para poder pagar un aumento salarial, por eso es que no se hizo el aumento salarial en mayo, por eso es que no se aumentó el salario, porque el Gobierno no tiene de dónde sacar para pagar la 401, que es la partida de nómina, sin dejar de cumplir su estructura de gasto público absolutamente inorgánica y sin ninguna planificación”, aseveró.
Economía frágil
El 2024 se vislumbra como un año electoral. Al respecto, el profesor Ñáñez comentó que el ciclo electoral del incremento del gasto público, debió haber comenzado en 2023, pero no fue así. “El ciclo electoral del régimen madurista es un ciclo electoral distinto al que estábamos acostumbrados los economistas y venezolanos. En 2023 no hubo incremento de gasto público, no se ha visto un aumento ostensible del gasto público”, dijo.
El economista manifestó que el próximo año estará marcado por un proceso electoral con “muchísimas sombras, dificultades e inseguridades” en el ámbito institucional, lo que puede traer como consecuencia mayor inestabilidad económica.
“Venezuela es muy frágil desde el punto de vista institucional, y eso ha fracturado el contrato social y el Gobierno se alimenta de la fragilidad que eso produce, del desorden que eso produce, de la incertidumbre. A mayor grado de incertidumbre, mayor estabilidad tiene el Gobierno nacional (…) Economía es instituciones. A mayor fragilidad de la economía, mayor fragilidad y debilidad de las instituciones”, subrayó.