Un nuevo informe de Oxfam Intermón publicado hoy, revela que las 50 personas milmillonarias más ricas del mundo emiten de media, más carbono en poco más de una hora y media, a través de sus inversiones, aviones privados y yates, que una persona promedio en toda su vida. El estudio La desigualdad de las emisiones de carbono mata hace estos cálculos por primera vez y detalla también cómo las personas más ricas alimentan la desigualdad, el hambre y la muerte en el mundo con sus niveles tan elevados de emisiones.
Si las emisiones globales siguen al ritmo actual, el presupuesto de carbono (la cantidad de CO2 que se puede emitir a la atmósfera sin generar un aumento de la temperatura media global por encima de los 1,5°C) se agotará en unos cuatro años. Si todas las personas del planeta generaran tantas emisiones como el 1% más rico, ese presupuesto se acabaría en menos de cinco meses. Si lo hicieran al ritmo que lo hacen los jets privados y los súper yates de un milmillonario promedio, se agotaría en apenas dos días. En España, el 1% más rico emitió el 8% de las emisiones del consumo nacional entre 1990 y 2019. En términos de emisiones per cápita, una persona de ese 1% contamina 17 veces más que una persona de la mitad de la población con menores ingresos.
”Es la primera vez que se analizan las emisiones tanto del transporte de lujo como de las inversiones contaminantes de las personas milmillonarias, y vemos cómo sus emisiones desmesuradas están acelerando la crisis climática y causando enormes daños en la población y la economía. Los países y comunidades más pobres son los que menos han contribuido a la crisis climática. Aun así, son los que sufren las consecuencias más peligrosas de esta”, afirma Lourdes Benavides, responsable de países frágiles de Oxfam Intermón.
En su informe, Oxfam Intermón señala que, en un año, 50 de las personas milmillonarias más ricas del mundo realizaron un promedio de 184 vuelos privados cada una, acumulando 425 horas en el aire. Una persona promedio tardaría 300 años en generar el mismo volumen de emisiones. Además, los yates de estos milmillonarios generaron en un año la misma cantidad de carbono que emitiría una persona promedio en 860 años.
– Los dos aviones privados de Jeff Bezos pasaron cerca de un total de 25 días en el aire en un período de 12 meses, y emitieron el mismo volumen de carbono que generaría un trabajador promedio de Amazon de Estados Unidos en 207 años. Carlos Slim realizó 92 viajes en su avión privado, el equivalente a dar la vuelta al mundo cinco veces.
– La familia Walton, heredera de la cadena de supermercados Walmart, posee tres yates de lujo que, en un año, generaron una huella de carbono equivalente al total de emisiones que producen aproximadamente los 1714 trabajadores y trabajadoras de las tiendas de Walmart.
Las emisiones derivadas del estilo de vida de los milmillonarios ya son muy superiores a las de la gente promedio, pero las que provienen de sus inversiones son aún más altas. Según los cálculos de Oxfam Intermón, las emisiones medias de las inversiones de 50 de las personas milmillonarias más ricas son 340 veces mayores que las de sus aviones privados y súper yates juntos. Mediante estas inversiones, tienen una gran influencia en algunas de las mayores empresas contaminantes del mundo, impulsando el colapso climático.
El informe revela que cerca del 40 % de las inversiones de los milmillonarios están en industrias muy contaminantes como el petróleo, la minería, la industria del transporte y el cemento. De hecho, sus carteras de inversión son casi el doble de contaminantes que las del índice S&P 500. Si, en cambio, invirtieran su dinero en fondos de inversión bajos en emisiones de carbono, las emisiones resultado de sus inversiones serían 13 veces menores.
El informe también analiza, a nivel nacional y regional, cómo las emisiones del 1 % más rico de la población mundial desde 1990 han tenido, y seguirán teniendo, consecuencias devastadoras en tres áreas clave.
– Desigualdad global. Desde 1990, las emisiones del 1 % más rico han provocado una caída de la producción económica mundial por valor de 2,9 billones de dólares. Los países más afectados son quienes han contribuido en menor medida a la crisis climática. En los países de renta baja y media-baja, el PIB acumulado entre 1990 y 2050 sufrirá una reducción de aproximadamente un 2,5 %. En el sur y el sureste de Asia y en el África subsahariana, disminuirá un 3 %, un 2,4 % y un 2,4 %, respectivamente. Por otro lado, los países de renta alta se beneficiarán económicamente. En España, las emisiones provocadas por el consumo del 1% más rico entre 1990 y 2019 habrían sido suficientes para provocar daños económicos (netos) por valor de 15 700 millones de dólares en todo el mundo desde 1990 hasta 2023.
– Las emisiones del 1 % más rico han ocasionado pérdidas de cosechas que podrían haber proporcionado calorías suficientes para alimentar a 14,5 millones de personas al año entre 1990 y 2023. Esta cifra ascenderá a 46 millones de personas al año entre 2023 y 2050, y afectará especialmente a América Latina y el Caribe (nueve millones de personas al año de ahora al 2050).
Considerando al 1% más rico de España, sus emisiones habrían ocasionado unas pérdidas de cultivos a nivel global que podrían haber proporcionado suficientes calorías para alimentar a 78 000 personas al año entre 1990 y 2023.
– Se calcula que, desde ahora hasta el año 2120, el 78 % de las muertes adicionales debido al calor extremo se producirán en países de renta baja y media-baja.
Los países ricos han incumplido de manera reiterada su compromiso de aportar 100 000 millones de dólares al año en concepto de financiación climática y, en vísperas de la COP29, nada parece indicar que vayan a establecer un nuevo objetivo de financiación climática adecuado que permita abordar las necesidades de los países del Sur global. Oxfam Intermón advierte que el coste del calentamiento global continuará aumentando, a menos que las personas más ricas reduzcan sus emisiones de forma radical.
Con motivo de la COP29, Oxfam Intermón insta a los gobiernos a poner en marcha impuestos permanentes a los más ricos, así como a establecer altos impuestos o prohibiciones a productos de lujo que contaminan mucho, como aviones privados y yates. Además, deben controlar mejor las actividades de las empresas para que reduzcan sus emisiones de manera justa. Por otro lado, los que más contaminan deberían pagar más a través de un impuesto a los millonarios, con el que se podrían recaudar grandes cantidades de dinero para combatir la crisis climática, especialmente en los países que más la sufren. Finalmente, es importante cambiar la economía global para que no siga beneficiando solo a quienes más tienen a la costa del resto del planeta. Los gobiernos deben asegurarse de que las ganancias del 10 % más rico no sean mayores que las del 40 % más pobre.