Familiares de Romeo Mikael Kaadou Mouawad denuncian a la esposa Jespa Mawad de Mouawad, por haberlo sometido a cautiverio involuntario.
«Jespa Mawad internó a Romeo en una clínica de reposo y quitándole el control de la fortuna» asegura nuestra fuente.
Ella habría alegado que el empresario sufre un deterioro de sus capacidades mentales y cognitivas, y lo habría incapacitado legalmente.
En la clínica; Romeo Mouawad permanece aislado del mundo exterior, mientras su esposa Jespa maneja el dinero y los negocios de la familia con su amante, «El colágeno» le llaman en su grupo de amigas de WhatsApp. Jespa es la madre del empresario Miguel Mouawad Mawad, conocido también como Miguel Mawad.
Miguel Mawad no es hijo biológico de Romeo Mouawad, aunque este lo reconoció y le dio su apellido.
Romeo Mouawad el narcochavista amado
Romeo Mouawad es un operador financiero de origen libanés que ha sido señalado de estar involucrado en negocios ilícitos con varios boliburgueses, es decir, personas cercanas al gobierno venezolano que se han enriquecido de forma irregular. Su hijo, Miguel Mouawad Mawad, también ha sido acusado de participar en presuntas actividades de blanqueo, violencia y acoso.
De vendedor de computadoras a multimillonario
Según un reporte de la web Prensa América, Romeo Mouawad comenzó su carrera como vendedor de computadoras en Venezuela, pero pronto se convirtió en un intermediario financiero que logró colocar depósitos públicos de boliburgueses en la banca privada y paraísos fiscales. Entre sus clientes se encontraban el banquero Nelson Mezerhane y el banquero Víctor Vargas. Este último habría sido su socio en una casa de bolsa, según admitió el propio Romeo Mouawad en una entrevista con la escritora Cristina Guzmán.
Las comisiones recibidas por Romeo Mouawad por sus operaciones le habrían permitido instalarse en Miami, donde posee propiedades e inversiones en varias localidad como Brickell y Weston. Allí continuó su vida ostentosa con dinero de los «negocios sucios» de sus clientes «boliburgueses», según informaciones reportadas por diferentes medios de comunicación.
Miguel Mouawad Mawad el hijo bastardo
Miguel Mouawad Mawad, el hijo reconocido de Romeo Mouawad también ha sido señalado de estar implicado en hechos de corrupción y lavado de dinero. Según una investigación del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, Miguel Mouawad habría recibido fondos irregulares del Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes), a través de una red liderada por el ex tesorero nacional Alejandro Andrade, quien fue condenado por aceptar sobornos.
Miguel Mouawad también ha sido acusado de violencia y acoso contra varias mujeres, entre ellas la modelo Aleska Génesis Castellanos, quien fue su expareja y a quien habría agredido físicamente, dejándole marcas en el rostro y el cuerpo.
Demanda contra Romeo Mouawad y su familia por caso Illarramendi
El financista venezolano Francisco Illarramendi fue condenado en 2015 a 13 años de prisión en Estados Unidos por operar un esquema Ponzi que defraudó a más de 500 inversionistas por más de 600 millones de dólares. Entre los afectados se encontraban el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes) y la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
En 2011, la jueza federal de distrito Janet B. Arterton nombró a John J. Carney como síndico para recuperar los activos que habían sido estafados por Illarramendi. La demanda alegó que Illarramendi usó varias entidades ficticias para ocultar las pérdidas y desviar los fondos de los inversionistas a sus cómplices y beneficiarios.
Entre los acusados por el síndico John J. Carney se encontraban Romeo Mikael Mouawad, su esposa Jespa Mawad de Mouawad, su hijo Miguel Antonio Mouawad Mawad y su hija Tania Mouawad Mawad, así como tres empresas que establecieron en las Islas Vírgenes Británicas y en Belice: Horion Investment Ltd., Grimsel Group Ltd. y M. Holding S.A.
Según la demanda, la familia Mouawad Mawad recibió más de 71 millones de dólares en fondos transferidos por Illarramendi a través de sus entidades ficticias. Estos fondos habrían sido usados para comprar propiedades e inversiones en varias ciudades de los Estados Unidos.
