Tras un año récord en levantamiento de fondos para América Latina y con múltiples unicornios, surgen las dudas respecto a si habrá dinero para financiación en igual medida para 2022. Apuestas más responsables y proyectos de negocio rentables asoman en el horizonte.
La innovación se ha tomado Madrid. Las mentes y desarrolladores de más de 3.000 startups de todo el mundo se han dado cita esta semana en la capital de España para participar en South Summit, uno de los mayores escenarios de emprendimiento de Europa que conecta a todos los players del ecosistema, y que este año celebra su décimo aniversario bajo el lema “Decoding Complexity” (Decodificando la complejidad).
Y es que son tiempos complejos. El evento de innovación, que nació en 2012 en medio de una profunda crisis financiera, llega a los 10 años con una amenaza latente de recesión que está llevando a las empresas de venture capital a ser más “cautelosas”. Una determinación que ocurre poco después de haber registrado en 2021 un año récord en aportes de capital.
La pregunta obligada es si habrá o no dinero en igual medida para financiación este año. Y los expertos presentes en South Summit coinciden en que sí, aunque esto no significa que la dinámica será la misma. En teoría, habrá lo que Juan José Güemes, presidente del Centro de Emprendimiento e Innovación del IE University –coorganizador del South Summit– considera un cambio de paradigma, y con esto se refiere a un giro en “cómo se van a repartir los recursos”. Por tanto, veremos a firmas de venture capital haciendo apuestas “más responsables” y buscando proyectos con planes de negocios más rentables.
“Los inversionistas tienen los mismos millones, pero ahora serán más cuidadosos al momento de aportar capital”, reconoce también Jorge Padrón, CEO de Bridger Lab, una startup peruana enfocada en servicios de e-commerce que está viviendo de cerca la experiencia de este cambio.
Sin embargo, una señal de que la “época dorada” no ha terminado del todo, parece ser justamente South Summit que este año cuenta con US$ 250.000 millones de más de 200 fondos de inversión. “El ecosistema se reinventa con la crisis”, dice María Benjumea, fundadora y CEO de South Summit, para quien la evolución del ecosistema español en la última década ha sido “brutal”. España cuenta ya con 11.000 startups y al cierre de este año alcanzaría una valorización de US$ 83.000 millones.
Buenos números, pero que no parecen ser suficientes según el Global Startup Ecosystem Index de StartupBlink . El ranking destaca un impulso negativo para España con un resultado poco favorable en siete de sus ocho ecosistemas, lo que la llevó a perder un puesto y la ubicó en la casilla 16 a nivel global y en la décima dentro de la Unión Europea.
Y en South Summit todos parecen tenerlo claro, considerando, por un lado, la magnitud de la cita en la que este año 100 startups de 114 países participan como finalistas de la Startup Competition; y por el otro, la promesa de la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, de acelerar la nueva «Ley de Startups» para que sea aprobada antes de que finalice el año.
La fiesta del emprendimiento termina este viernes y el resultado, desde ya, parece prometedor, pero aquí nadie baja la guardia.