La Fiscalía de Madrid pide cuatro años de prisión para Carlos Iglesias, hermano del cantante español Julio Iglesias, y una multa de 98,2 millones de euros por defraudar supuestamente junto a otro empresario unos 19 millones a Hacienda al no tributar una venta de terrenos alegando que tenían residencia fiscal en Panamá.
La Audiencia Provincial de Madrid sentará en el banquillo el martes próximo al hermano del cantante, a quien la Fiscalía acusa de un delito contra la Hacienda en España que se remonta a 2001.
El otro empresario procesado ya falleció, de modo que el juicio solo se dirigirá contra Carlos Iglesias.
Los hechos, según la Fiscalía, tienen su origen en la venta de unos terrenos en la localidad de Vicálvaro, en la región de Madrid, por la entidad Rolimpa Trading Corporation, con sede en Panamá, a dos sociedades españolas por 46,2 millones de euros.
Estas operaciones se pagaron en una cuenta del banco Continental de Panamá en la que estaba autorizado Carlos Iglesias, según un escrito de la Fiscalía.
El ministerio fiscal cree que «con el fin de procurarse un beneficio fiscal ilícito», Carlos Iglesias no declaró el impuesto correspondiente a sociedades mercantiles, al declararse residente fiscal en Panamá, ni por las ganancias obtenidas en esta operación.
La Fiscalía cree que Carlos Iglesias no ha acreditado que sea residente fiscal en Panamá y sostiene que ha pasado «temporadas en España, donde en el ejercicio 2001 y 2002 tiene sus intereses económicos principales y mayor obtención de renta consecuencia de las ganancias de esta operación», de modo que «ha de considerarse residente fiscal en nuestro país».
También afirma en el escrito que Rolimpa Trading Corporation debe considerarse residente fiscal en España y estaba sujeta al impuesto de sociedades de 2001 y no al de no residentes.
Por tanto, añade, Carlos Iglesias, gestor de hecho de Rolimpa y beneficiario último de la venta, dejó de declarar a la Hacienda española unos 19 millones de euros.