En este primer semestre de 2022 de la economía venezolana, se observa un mayor ingreso en bolívares y en divisas que favorece al Fisco nacional. Esto se suma a un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que conocedores señalan como una «recuperación desigual», ya que está asociado a sectores que poco tienen que ver con la producción agrícola e industrial del país. Los incentivos a la importación son los que llenan los anaqueles de productos, lo que ha hecho que se observe más operatividad en las aduanas que en el campo.
Por otra parte, analistas consideran que la «recuperación» aún no impacta positivamente en el poder adquisitivo de los venezolanos y que los salarios, incluso en dólares, comienzan a estancarse.
El Banco Central de Venezuela (BCV) continúa privando a la colectividad de información oficial sobre la actividad económica local. Sin embargo, el mandatario Nicolás Maduro afirmó hace unos días que la economía «crece como un cohete» y que «cuando se sepan las cifras, el mundo va a temblar (…) En el primer semestre de 2022, tuvimos un crecimiento de dos dígitos en la economía productiva del país».
Maduro lleva meses señalando ese crecimiento, pero las cifras del BCV siguen sin aparecer.
Estimaciones de consultoras privadas señalan que la actividad económica venezolana aumenta tímidamente y proyectan un crecimiento del PIB de entre 4% a 10% para todo el año.
José Manuel Puente, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), señala que el mundo prevé para Venezuela un crecimiento en 2022. Indicó que de acuerdo a 12 proyecciones de analistas y consultoras económicas el PIB (Producto Interno Bruto) lo ubican entre 5% y 8%.
«No sorprende que después de que una economía se haya contraído ocho años consecutivos, en el 2022 pueda haber un repunte. No es descabellado. Así lo ve la mayoría de las institituciones que hacen este tipo de análisis», dijo.
Agregó que esta estimación de crecimiento se explica porque ha habido pequeñas modificaciones en política económica como la flexibilizacion de los controles, la dolarización de facto y sobre todo que la cesta petrolera venezolana llegó a 92 dólares el barril ($/b) versus los 51,45 $/b de 2021.
La firma Ecoanalítica sostiene que un mayor flujo de ingresos para el Fisco se encuentra asociado a la leve recuperación de la producción petrolera comparada con 2021, así como a la actividad de sectores como el comercio, salud y tecnología. Esto significa que aún no se cuenta con un crecimiento de la economía real.
«Hay un mayor flujo de ingresos por los precios del petróleo más altos, así como una mejor producción en comparación al primer semestre de 2021, mientras que el descuento con el que se vende el crudo (venezolano) también es menor. Observamos un 150% más de ingresos en divisas, lo que es un punto a favor del gobierno», afirmó Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.
De acuerdo a la OPEP, la producción petrolera venezolana promedió 756.000 barriles diarios (b/d) en el primer trimestre de este año, mientras que entre abril y junio se situó en 745.000 (b/d). En 2021, el país reportó una producción promedio de 569.000 (b/d).
Resaltó que los ingresos del Fisco en bolívares también mejoraron. «La recaudación tributaria aumentó en términos reales en el primer semestre. Esto tiene que ver con una mayor fiscalización y mayor presión tributaria sobre las empresas, así como con la dinámica de consumo afectando especialmente a las empresas formales».
Omar Zambrano, economista jefe de la consultora Anova Policy Research, coincide en que los cambios en el régimen de política económica permitieron este «momentum» de la economía local; entre ellas la dolarización transaccional, el «libre mercado» para el emprendimiento y, la puerta franca en las aduanas lo que significó una mayor disponibilidad de bienes para consumir.
«Venezuela está creciendo, no hay duda, pero este crecimiento es aún incipiente, de muy angosta base sectorial y muy insuficiente dado el tamaño de lo que nos pasó. El ´brote verde´ de la economía venezolana está concentrado en el sector comercio y servicios. Particularmente, en la comercialización de bienes de consumo final de origen importado. La política parece ser el de construir una economía de la aduana a su mesa», apuntó Zambrano.
Recalcó también Oliveros que los sectores líderes de crecimiento durante la primera parte del año son alimentos, comercio y tecnología, mientras que hubo una desaceleración importante en salud y cuidado personal.
«Hay noticias positivas. Recordemos que esta es una economía que cayó 80% y que está teniendo elementos de recuperación cuando la comparamos con 2021. Hay elementos de recuperación muy débiles, hace falta mucho más, tenemos un crecimiento muy desigual, concentrado en muy pocos sectores en muy pocas ciudades y no beneficia a todo el mundo», indicó el director de Ecoanalítica.
Puente también considera que el crecimiento es muy diferente en todos los sectores de la economía venezolana, ya que el boom petrolero por los altos precios del crudo y las decisiones en política económica solo han podido reactivar en alguna medida algunos sectores, pero otros se mantienen en el ciclo recesivo e incluso siguen decreciendo como la construcción.
«Hay muchas dudas sobre la calidad del crecimiento que se está dando y sobre su sostenibilidad. Los sectores industrial, agro industrial y el sector transable de la economía no están respondiendo, debido principalmente al esquema cambiario. El tipo de cambio se está manteniendo artificialmente muy barato lo que hace que se incentiven las importaciones, por esto vemos un dinamismo en el sector comercio y especialmente con rubros de alta gama», explicó.
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