Son pasajeros que debían viajar a Venezuela, pero el segundo avión de la aerolínea Conviasa nunca arribó a Ezeiza. El primer vuelo despegó por la tarde y el siguiente salió durante la noche
Alrededor de 200 personas quedaron varadas en el país como consecuencia del escándalo con el avión venezolano-iraní retenido en Ezeiza. Debían abordar un vuelo operado por Conviasa -con destino a Caracas- que se canceló: la aeronave nunca llegó a suelo argentino después de haber aterrizado en Bolivia. Entre los afectados hubo decenas de familias con niños, adultos mayores y mascotas que fueron distribuidos en cuatro hoteles hasta que se resolviera su situación. Sin embargo, su tiempo de estadía culminó este viernes y quedaron varias horas en el hall de entrada de cada alojamiento a la espera de que alguien les diera una respuesta.
En medio de la incertidumbre, varios de ellos finalmente encontraron el camino de salida: según pudo saber Infobae, este viernes por la tarde los pasaron a buscar en micros y los trasladaron al Aeropuerto de Ezeiza, donde partieron poco antes de las 16 rumbo a Santa Cruz de la Sierra a través de un vuelo de la estatal Boliviana de Aviación.
Otro grupo, por su parte, siguió el mismo procedimiento en horas de la noche: luego de una larga espera lograron viajar en el vuelo 1368 de Aerolíneas Argentinas, que partió a las 22:50 horas. De ese modo emprendieron viaje a tierras bolivianas desde Aeroparque.
El resto deberá continuar esperando y, mientras tanto, serán enviados a otro hotel. Por la poca disponibilidad en este fin de semana largo, se manejaba la posibilidad de que fueran alojados en uno de la ciudad de La Plata. Los pasajeros contaron que Conviasa delegó la gestión de los alojamientos y traslados con la empresa FlySeg.
Los pasajeros quedaron varados luego del conflicto con el avión de carga con bandera venezolana que pertenecía a una empresa iraní y tiene sanciones de Estados Unidos y cuyos tripulantes -5 iraníes y 14 venezolanos- son investigados por la justicia. La aeronave de Conviasa -también adquirida a la empresa iraní Mahan-Air- que debía trasladarlos a Venezuela canceló el último tramo de su vuelo desde Caracas y nunca llegó a la Argentina. Incluso también dejó varados a pasajeros en Bolivia.
El miércoles, los afectados fueron hasta el aeropuerto de Ezeiza porque tenían la información de que viajarían con la empresa estatal boliviana hacia ese país vecino y posteriormente abordarían otro vuelo hacia la capital venezolana. Pero luego se enteraron que ese plan se había suspendido y protestaron en el lugar.
“El lunes nos tuvieron desde las 10 de la noche para avisarnos a las 4 de la mañana que no íbamos a volar. El miércoles nos dijeron a las 20. Todo es un tema político, sabemos que con el problema de este avión que quedó retenido no quieren aceptar ningún vuelo de un avión venezolano a Argentina, ni salir tampoco”, lamentó uno de los venezolanos varados que habló con Infobae.
Los varados, entonces, comenzaron a organizarse en grupos de WhatsApp para coordinar medidas para elevar el reclamo a las autoridades del Gobierno argentino.
Este mediodía, casi 48 horas después, seguían inmersos en la preocupación por la falta de respuestas. “Nos dejaron gentilmente estar en el lobby con nuestras pertenencias hasta tanto saber qué va a suceder. No sabemos qué va a pasar con nosotros, si nos van a trasladar al aeropuerto o a otro hotel. Queremos que Conviasa contrate un charter y nos lleve. Somos turistas, no tenemos nada que ver con los iraníes. Nosotros adquirimos los pasajes de un vuelo comercial como cualquier persona. Necesitamos regresar a nuestras casas”, pedían en las puertas de los hoteles.
Cómo sigue el caso del avión venezolano-iraní
La investigación sobre la aeronave de Conviasa que está en la Argentina desde el 6 de junio dio un giro luego de que Esteban Aquino, ministro de Inteligencia de Paraguay, dijera que el piloto del avión retenido, Gholamreza Ghasemi, pertenece a la Fuerza Quds y que no es un homónimo, tal como había dicho Aníbal Fernández, titular de la cartera de Seguridad argentina.
A raíz de esto, el juez federal de Lomas de Zamora a cargo de la investigación, Federico Villena, le pedirá a Paraguay la evidencia de la vinculación de Ghasemi con el grupo paramilitar de la Guardia Revolucionaria de Irán. El magistrado deberá solicitar la información a través de un exhorto que lo tramitará Cancillería. Una vez que el gobierno argentino envié la solicitud a Paraguay, la cancillería local deberá pedirle los datos a las carteras de Inteligencia y de Interior para que todo sea enviado a la justicia argentina.
El piloto fue el CEO de Iranian Naft Airlines y en su nombre participó de varios fórums en Teherán y otras capitales de Asia Central. Entre ellos el congreso de CAPA, la asociación de aerolíneas iraníes, que se realizó en Teherán el 24 y 25 de enero de 2016.
En 2018, Ghasemi apareció piloteando el vuelo QFZ-9950 de Qeshm que, de acuerdo a fuentes de inteligencia occidentales citadas en varios informes de prensa internacional, Irán utilizó para “enviar sistemas de armamento a su aliado el Hezbollah de El Líbano”. El avión de carga iraní, que hizo una escala en Damasco –Irán es un aliado estrecho del régimen de Basha al Assad- transportaba “componentes de armas, incluidos dispositivos para convertir misiles en armas guiadas de precisión en fábricas iraníes en Líbano”. En ese momento, la información proporcionada por los servicios de inteligencia hablaba de que habían participado de las operaciones tres altos oficiales del IRGC: Ali Naghi Gol Parsta, Hamid Reza Pahlvani y Gholamreza Qhasemi.
Ghasemi es investigado en Paraguay porque también fue el piloto que transportó, el 13 de mayo pasado, una carga de cigarrillos entre Ciudad del Este y la isla de Aruba.
Según el manifiesto de ese vuelo, publicado por medios paraguayos, viajaron 7 iraníes y 11 venezolanos. Todos se alojaron en el hotel Dazzler de Ciudad del Este. De los siete iraníes, apenas dos coinciden con los tripulantes del vuelo a Ezeiza: Gholamreza Ghasemi y Abdolbaset Mohammadi.