La actividad económica se desplomó nuevamente en el segundo trimestre, después de haber caído un 1,6% en los primeros tres meses de 2022. El Gobierno de Biden lo niega enfáticamente, y asegura que se produce una “recuperación histórica con crecimiento estable”.
La Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos (BEA por sus siglas en inglés) confirmó que el PBI cayó un 0,93% en el segundo trimestre del año. La cifra oficial desestimó todos los pronósticos, incluso los más optimistas, que esperaban un tenue crecimiento en torno al 0,5% contra el trimestre anterior.
El informe de la BEA estima que la recesión es empujada por una fuerte caída de la inversión, principalmente en viviendas y stock de inventarios, mientras que el consumo privado se encuentra estancado desde octubre de 2021. También se registró una contracción del consumo encabezado por el sector público.
Estados Unidos cayó oficialmente en recesión, ya que acumula dos trimestres consecutivos de contracción económica. El primer trimestre de 2022 había cerrado con una fuerte variación negativa de 1,6%.
Sin embargo, por primera vez en la historia un Gobierno estadounidense se niega por completo a reconocer que se haya producido una recesión. Sin ningún tipo de excepción, todas y cada una de las recesiones acontecidas en 1930, 1938, 1945, 1949, 1953, 1957, 1960, 1970, 1974, 1980-1982, 1990, 2008 y 2020 fueron determinadas celosamente por la caída consecutiva de 2 trimestres.
El Gobierno de Biden niega enfáticamente cualquier tipo de escenario de recesión, alegando que la definición que siempre se usó ya no es representativa de la realidad. Un reciente informe de la Casa Blanca asegura que el PBI no refleja la realidad porque le añade importancia al stock de inventarios, entre otras partidas que son desacreditadas por la administración.
La evolución del stock de inventarios constituye un elemento importante dentro de la inversión privada, una variable fundamental para la evolución de la economía total. Un escenario de recesión por caída de la inversión y el estancamiento del consumo, es una situación factible.
En contra de toda la evidencia, el presidente Joe Biden asegura que Estados Unidos atraviesa por “la recuperación más importante de la historia” y que, de hecho, hay “crecimiento estable”.
Incluso redobla la apuesta, y alega que el supuesto crecimiento al que se refiere se debe exclusivamente a su propio programa económico, el estímulo fiscal lanzado en marzo de 2021 y conocido como el “American Rescue Plan”. Ninguna de las estadísticas oficiales publicadas por la BEA respalda la extravagante tesitura del Presidente.
Los programas de estímulo fiscal fueron responsables del drástico nivel de la inflación, y con la recesión actual se concluye que tampoco lograron encauzar el PBI hacia su tendencia de crecimiento de largo plazo, antes de la pandemia.
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