Los 5 síntomas de ómicrón son: el goteo nasal, el olor de cabeza, la fatiga (leve o grave), los estornudos y el dolor de garganta
La infección por el coronavirus ya afectó a más de 290 millones de personas en el mundo y se llevó la vida de más de 5,4 millones durante los dos últimos años. El virus siguió cambiando y dio lugar a variantes que se clasificaron como prioritarias por ser “de preocupación”. Desde noviembre se identificó a la variante Ómicron, y en menos de dos meses consiguió propagarse en más de 100 países. Desde el Reino Unido, se realiza el estudio Zoe COVID que identificó cuáles son los síntomas más frecuentes en las personas que se han contagiado esa variante de preocupación.
Los 5 síntomas principales fueron el goteo nasal, el olor de cabeza, la fatiga (leve o grave), los estornudos y el dolor de garganta. Los informes de los colaboradores del estudio que se hace a través de una aplicación en el teléfono celular también identificaron la pérdida de apetito y la niebla cerebral como síntomas comunes. Estos resultados coinciden con un pequeño grupo de datos de colaboradores que informaron que sus resultados positivos de la PCR eran infecciones sospechosas o confirmadas de Ómicron.
Varios meses atrás, con otras variantes circulando por el mundo, el estudio ZOE COVID ayudó a identificar más de 20 síntomas, en su mayoría leves, similares a los del resfriado.
En tanto, de los datos preliminares de otros estudios se desprenden algunas diferencias en los síntomas si una persona se contagia la variante Ómicron. Por ejemplo, una posible diferencia es que Ómicron puede ser menos probable que las variantes anteriores provoquen una pérdida del gusto y el olfato. La mayor aseguradora de salud privada de Sudáfrica, difundió datos que sugieren que las personas con Ómicron suelen presentar picor o dolor de garganta junto con congestión nasal, tos seca y dolor muscular, especialmente lumbar.
Pero se sabe también que esos síntomas también eran frecuentes si las personas se contagiaban la variante Delta y también el coronavirus original. Es probable que los síntomas de Ómicron se parezcan a los de Delta más de lo que se diferencian. “Es probable que haya un gran solapamiento entre Ómicron y las variantes anteriores, porque esencialmente hacen lo mismo”, dijo Otto Yang, médico especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en Los Ángeles. “Si hay diferencias, probablemente sean bastante sutiles”, señaló al diario The New York Times.
La variante Ómicron fue clasificada como preocupante por la Organización Mundial de la Salud en parte por presentar “más de treinta mutaciones en el gen de la proteína de la Espiga, además de numerosas mutaciones en otras regiones del genoma”, de las que muchas ya se habían relacionado “con un aumento de la transmisibilidad o con un cierto grado de escape a la respuesta inmune”.
De acuerdo con la agencia sanitaria de Naciones Unidas, “Ómicron es una variante del virus que causa el COVID-19″ y las recomendaciones actuales para prevenirse son vacunarse cuanto antes, usar mascarillas o barbijos, mantener distancia física de otras personas y evitar las aglomeraciones. También hay que abrir las ventanas de manera permanente y cruzada. Se debe toser o estornudas en el codo y lavarse las manos frecuentemente.
También recomendaron hacer las compras de alimentos por medios electrónicos. Si no hay otra opción, se puede ir a comprarlos de manera segura si se siguen estas claves. Según OMS, hay que ir a comprar alimentos fuera de las horas más concurridas. Si la persona tiene un riesgo alto, debería usar mascarilla médica. Hay que usar mascarilla, y tener una lista de los productos a comprar para reducir al mínimo el tiempo en que se estará dentro del local.
Investigadores en todo el mundo se lanzaron a estudiarla a contrarreloj. Tras semanas de especulaciones, los primeros trabajos concluyentes confirman la capacidad de Ómicron para infectar a pesar de que las personas estén vacunadas con dos dosis. En cambio, las vacunas sí mantienen su eficacia frente a la enfermedad grave.
El pasado 23 de diciembre la revista Nature publicó cinco estudios de equipos en Estados Unidos, Europa (Francia, Suiza), Sudáfrica y China, todos ellos revisados por investigadores independientes. Aunque con variaciones, la finalidad común de esos trabajos fue analizar si los anticuerpos de personas vacunadas, o que habían superado COVID-19, frenan una infección o reinfección por Ómicron. Todos detectaron una pérdida importante, incluso total, de esa capacidad.
Sin embargo, los expertos señalan que los anticuerpos son una de las primeras líneas de defensa del organismo frente al coronavirus pero no la única; que pierdan la capacidad de frenar el avance de la infección no implica que las vacunas no funcionen. Vicente Más, Investigador en el laboratorio de Biología Viral del Instituto de Salud Carlos III, en España, que afirma: “Según el análisis de la secuencia de ómicron, la respuesta de las células T no debería verse tan seriamente comprometida. Es esperable que las vacunas administradas mantengan un nivel de eficacia importante para evitar las infecciones graves, no tanto en reducir el nivel de contagios y reinfecciones”.
También se ha señalado la importancia de aplicar una tercera dosis. Dos de los estudios publicados en Nature hallaron que la pérdida de efectividad de los anticuerpos “es menor después de una tercera dosis de la vacuna”, según los autores del trabajo liderado por Davide Corti, de Humabs Biomed SA, una compañía de Vir Biotechnology. Los datos preliminares generados por la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido (UKHSA) muestran que la efectividad de la vacuna de Pfizer para evitar la infección sería de un 70-75 % tras la tercera dosis.
También el equipo liderado por Olivier Schwartz, del Instituto Pasteur, en Francia, encontró que “Ómicron escapa a la mayor parte de los anticuerpos monoclonales y en gran medida también a los anticuerpos generados por las vacunas, [pero] sigue siendo neutralizada por los anticuerpos generados por la dosis de recuerdo”.