Caracas, Venezuela – La oposición venezolana marca el 10 de enero de 2025 como una fecha crucial en su lucha por el cambio político en el país. María Corina Machado y Edmundo González, líderes opositores, han afirmado esta semana que González será investido como presidente al finalizar el actual periodo presidencial. «Hay una convicción absoluta en que va a ser así, ahora estamos más convencidos que nunca», declaró una fuente de la oposición, aunque no se detallaron los mecanismos para que González asuma el cargo en el Capitolio de Caracas.
La firmeza de la oposición ha encendido alarmas en el chavismo, que ha intensificado su retórica en contra de Machado y González, acusándolos de intentar llevar a cabo un golpe de Estado. En respuesta, el oficialismo ha aprobado la Ley Bolívar, que contempla la inhabilitación para cargos públicos y penas de cárcel para quienes apoyen las sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos a Venezuela. La administración de Joe Biden ha respaldado esta narrativa, sugiriendo que los días del chavismo están contados, especialmente si Marco Rubio, conocido por su postura dura contra el régimen, se convierte en el próximo secretario de Estado bajo Donald Trump.
Edmundo González, quien recientemente regresó del exilio en España, ha cambiado su enfoque, mostrando una determinación renovada para asumir la presidencia. Asegura que tomará posesión del cargo, afirmando estar «moralmente preparado» para enfrentar cualquier consecuencia, incluso la detención. Esta postura contrasta con su habitual moderación.
No obstante, el regreso de González a Venezuela no está exento de riesgos. Diosdado Cabello, número dos del chavismo, ha amenazado con arrestarlo, mostrando en su programa de televisión un par de esposas doradas que, según él, le colocará si regresa. «No hay ni una sola posibilidad de que Edmundo González venga a Venezuela a juramentarse», advirtió Cabello.
González, candidato de la Plataforma Unitaria, ha utilizado su tiempo en el extranjero para fortalecer alianzas internacionales y buscar reconocimiento en el contexto de su posible presidencia. Aunque ha solicitado apoyo del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, aún no ha logrado un compromiso firme. Borrell ha subrayado la importancia de «hacer cumplir la voluntad del pueblo venezolano».
La situación de Venezuela fue destacada recientemente en la cumbre del G-7 en Italia, donde se reconoció como una «crisis regional», y se comprometió a apoyar a sus socios en la búsqueda de una transición política. González ha anunciado planes para una gira por América Latina, y la administración de Biden ha indicado que consideraría brindar asistencia para su regreso si se solicita formalmente.
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