El gobernador del banco central más poderoso del mundo considera que los tipos de interés se encuentran en un nivel restrictivo que no será necesario si la inflación muestra signos convincentes de estar bajo control.
Si algo tiene claro el gobernador de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, es que debe mantener el foco fijo en recuperar la estabilidad de precios y no vender la piel del oso antes de cazarlo. Es la prioridad. Hasta 113 veces mencionó la palabra inflación durante su comparecencia de 45 minutos de este miércoles ante los periodistas y analistas para explicar por qué ha decidido reactivar las subidas de interés en julio (hasta el 5,25-5,5%) después de adoptar una pausa en junio. Ahora volverá a abrir un paréntesis de ocho semanas hasta su próxima decisión -en agosto no hay reunión- después de llevar las tasas a su nivel más alto desde 2001.
Powell dejó la puerta abierta a volver a subir los tipos en septiembre si lo consideran apropiado y la situación económica lo requiere, pero recordó que la Fed ha adoptado un enfoque ‘dato-dependiente‘ . «Iremos reunión por reunión. A medida que entramos en cada reunión, nos hacemos la misma pregunta. No hemos tomado ninguna decisión sobre futuras reuniones, incluido el ritmo al que consideramos aumentar las tasas de interés», apostilló el presidente de la Fed.
El banquero recordó que durante los dos meses que restan hasta entonces se irán conociendo un buen número de indicadores que darán forma a la decisión de subir tipos o mantenerlos. «Sospechamos que la evidencia de una inflación más lenta y una actividad más débil no lo harán necesario. Para la reunión del FOMC del 20 de septiembre, habremos tenido dos informes adicionales sobre empleo e inflación, una actualización detallada sobre el estado de los préstamos bancarios y más tiempo para sentir los efectos rezagados de las medidas restrictivas de la Fed ya implementadas», comenta James Knightley, economista jefe internacional de ING.
Desde su punto de vista, Knightley ve posible que en septiembre la inflación general sea un poco más alta a los costes energéticos pero cree que la subyacente se desacelerará aún más hasta el entorno del 4%. El problema será otro y parece que tendrá más peso en otra probable pausa de la Fed. «La industria manufacturera claramente está enfrentando dificultades, pero el mercado laboral sigue siendo ajustado y el sector de servicios continúa expandiéndose. Durante los próximos dos meses, creemos que los vientos en contra para la actividad se intensificarán, ya que el volumen pendiente de préstamos comerciales de los bancos disminuirá aún más debido a la combinación de mayores costes de endeudamiento, que Powell describió como ‘restrictivos’, y estándares de préstamo más estrictos», apunta este experto.
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¿Cuándo bajarán tipos en EEUU?
Bajarlos todavía no es una opción a corto plazo, pero Powell se explayó por primera vez en mucho tiempo sobre qué debe ocurrir para que eso suceda. No cortó su respuesta, sino que elaboró de forma natural un escenario. «Hay gente que anticipa recortes de tasas en 2024. Es porque tienen la sensación de que la inflación está disminuyendo y nos sentimos cómodos con esa disminución, lo que indica que es el momento de empezar a reducir las tasas. Pero quiero decir que hay mucha incertidumbre sobre lo que sucederá en el próximo ciclo de reuniones, y mucho menos en el próximo año o el siguiente», explicó. ¿Cuándo sucederá eso?.
En opinión de Powell, dos factores a tener en cuenta son la velocidad y la cercanía del nivel objetivo del 2%, así como una desinflación creíble. «Estaríamos cómodos reduciendo las tasas cuando estemos seguros de hacerlo. No creo que eso suceda este año. Esa será una decisión que tendremos que tomar dentro de un año completo. Dependerá de cuán seguros estemos de que la inflación realmente esté descendiendo hacia nuestra meta del 2%», aseguró.
En este sentido, el presidente de la Fed recortó que el actual nivel de tipos ya está en un terreno restrictivo para la financiación de hogares y empresas. «Si vemos que la inflación desciende de manera creíble y sostenible, ya no necesitamos estar en un nivel restrictivo. Podemos volver a un nivel neutral y luego por debajo de un nivel neutral en cierto punto. Creo que, por supuesto, seríamos muy cuidadosos al respecto. (…) Es difícil hacer una nueva evaluación milagrosa sobre cuándo y dónde sería, pero así es como lo veo: dejaríamos de subir tipos mucho antes de llegar al 2% de inflación, y comenzaríamos a reducirlos antes de llegar al 2% también», dijo.
Un ciclo agresivo de tipos sin recesión ni paro
La comparecencia rezumo optimismo por parte del jefe de la Fed, que descartó que la economía de EEUU vaya a entrar en recesión en 2023 y reforzó la tesis del ‘aterrizaje suave’. A Powell se le vio satisfecho porque está cerca de completar la tarea de controlar la inflación pero sin que la subida acumulada de tipos de 550 puntos básicos -la más agresiva desde las recesiones de Volcker y Reagan en los años 80- haya provocado la destrucción económica y laboral que muchos, él mismo, temían. Lo que parece una buena noticia esconde también una letra pequeña que el radar de riesgos del mando de la Fed identifica como una potencial amenaza.
«Es algo muy positivo que la tasa de desempleo sea la misma que teníamos en marzo de 2022, cuando comenzamos a implementar medidas, con un 3,6%. Es una bendición que hayamos logrado cierta desinflación. No hemos buscado elevar el desempleo, no es que hayamos apuntado a eso, pero hay que ser honestos con el registro histórico, que sugiere que cuando los bancos centrales intervienen para desacelerar la economía y reducir la inflación, el resultado tiende a ser un debilitamiento de las condiciones del mercado laboral. Por lo tanto, todavía es probable que ocurra aquí», advirtió Powell en su alocución. Sobre el aumento de la confianza del consumidor de los últimos meses o un crecimiento más fuerte de lo previsto, la Fed tiene claro que todo ello puede presionar al alza a la inflación y obligarle a dar una respuesta con más subidas de tipos de interés.