Algunos minoristas en Venezuela están recurriendo a las antiguas ofertas de compra a plazos para ayudar a los clientes a comprar de todo, desde electrodomésticos hasta zapatos y motocicletas, ya que la altísima inflación y las estrictas restricciones crediticias cortan otras vías para comprar.
Por Mayela Armas | Reuters
Aunque el régimen de Nicolás Maduro relajó los controles cambiarios en 2019, lo que llevó a una ligera recuperación para el país golpeado por la crisis, este año el mayor crecimiento de los precios en América Latina, la contracción de los salarios y la caída del consumo han vuelto a golpear la economía.
El “layaway”, en el que los clientes pagan un depósito inicial para reservar un producto y luego pagan el saldo en cuotas, se ha convertido en una estrategia para las empresas que buscan aumentar las ventas, dijeron una docena de minoristas, presidentes de gremios empresariales y analistas.
Los servicios de “compre ahora, pague después” (BNPL, por sus siglas en inglés), un nuevo giro en el apartado a plazos, se han vuelto más comunes en todo el mundo para los consumidores en apuros, pero en Venezuela las severas restricciones crediticias y los bajos salarios los han convertido casi en una necesidad.
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