Un supertanquero de bandera iraní estaba a punto de zarpar el sábado de aguas venezolanas cargado con 2 millones de barriles de crudo pesado provistos por la petrolera estatal PDVSA, según un documento visto por Reuters y servicios de rastreo de embarcaciones.
Por Marianna Parraga y Deisy Buitrago- Reuters
El envío forma parte de un acuerdo entre PDVSA y su contraparte iraní, National Iranian Oil Company (NIOC), que contempla el intercambio de condensado iraní por crudo pesado Merey de Venezuela.
El canje tiene como objetivo aliviar una aguda escasez de diluyentes que ha reducido la producción y las exportaciones de petróleo de Venezuela, informó Reuters el mes pasado.
El tanquero Dino I, propiedad y operado por la Compañía Nacional Iraní de Tanqueros (NITC), una unidad de NIOC, terminó de cargar el petróleo venezolano en el puerto de Jose tarde el viernes, según el documento, una fuente y el servicio de monitoreo TankerTrackers.com.
El comercio petrolero bilateral podría constituir una violación de las sanciones que Washington mantiene sobre ambos países, dijo el mes pasado a Reuters el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, citando las órdenes que establecen las medidas punitivas.
Los programas de sanciones de Washington no solo impiden a entidades de ese país hacer negocios en las industrias petroleras de Irán y Venezuela, sino que además advierten a personas y empresas no estadounidenses que hagan transacciones con sus petroleras estatales sobre la posibilidad de “sanciones secundarias”.
Las sanciones secundarias pueden acarrear una serie de penalidades, incluyendo el bloqueo de los implicados al sistema financiero estadounidense, multas o el congelamiento de activos en Estados Unidos. Cualquier “transacción con NIOC por parte de una persona no estadounidense generalmente está sujeta a sanciones secundarias”, dijo el Departamento del Tesoro en respuesta a una pregunta sobre la negociación.
La fuente también indicó que “se reserva la autoridad para imponer sanciones sobre cualquier persona que determine está operando en el sector petrolero de la economía venezolana”, pero no contestó específicamente a la pregunta sobre si el nuevo acuerdo de canje contraviene las sanciones.
Las sanciones suelen tener una aplicación discrecional. La administración del expresidente Donald Trump incautó cargamentos de combustible iraní que iban a Venezuela alegando la contravención de sanciones, pero su sucesor Joe Biden no ha hecho acciones similares.
El buque llegó a Venezuela en septiembre con su transmisor apagado, transportando 2,1 millones de barriles de condensado iraní. El petróleo super ligero fue utilizado por las empresas mixtas Sinovensa, Petropiar y Petrecedeño en la Faja petrolera del Orinoco, la mayor región productora del país.
Se espera que en las próximas semanas Venezuela reciba un segundo embarque de condensado de similar volumen como parte del acuerdo de canje, que estará vigente por 6 meses en su primera fase.
El ministerio venezolano de petróleo, PDVSA, NIOC no respondieron a solicitudes de comentarios.
La petrolera venezolana inició el intercambio el mes pasado con el envío de 1,9 millones de barriles de crudo pesado Merey en el supertanquero de bandera iraní Felicity.
El intercambio proporciona a Venezuela un suministro estable de material de mezcla necesario para convertir su petróleo extrapesado en variedades exportables. El pacto también entrega petróleo pesado a Irán para mezclar, refinar o comercializarlo en Asia.
Irán y Venezuela desde 2020 han fortalecido su cooperación incluso bajo la mirada vigilante de Estados Unidos, que en los últimos años ha vuelto a imponer sanciones a empresas estatales iraníes, incluidas NIOC y NITC, y en 2019 añadió a PDVSA a su lista de entidades vetadas.
Irán ha proporcionado alimentos, medicamentos y gasolina a Venezuela y equipos para reparar las deterioradas refinerías de PDVSA, mientras que Venezuela ha pagado a empresas iraníes con combustible de aviación, crudo y materias primas que produce.