La firma MSCI elevó peligrosamente el riesgo por un eventual incumplimiento de la deuda estadounidense, al menos en los plazos convenidos y en tiempo y forma. La oposición republicana exige un ajuste fiscal a cambio de elevar el techo de la deuda pública, pero el Gobierno se muestra reticente.
Desde mediados del mes de enero Estados Unidos alcanzó oficialmente el techo legal establecido para suscribir deuda pública. El Gobierno federal se enfrenta a severas dificultades técnicas para refinanciar sus obligaciones, y en un contexto en que no solo busca refinanciar sino además aumentar el stock de deuda para financiar el déficit fiscal.
La firma MSCI (anteriormente conocida como anteriormente Morgan Stanley Capital Internacional) anticipó que el riesgo de default en Estados Unidos se triplicó en las últimas semanas.
Esto se sabe porque por la fuerte suba de los seguros contra la cesación de pagos que se negocian en el mercado. Estos instrumentos constituyen un tipo de swap que paga retornos cuando se espera cubrir algún tipo de riesgo, algo muy popularizado por algunos inversores como Michael Burry y representado popularmente en la película “La Gran apuesta” sobre la crisis de 2008.
Muchos inversores se lanzaron a comprar estos instrumentos, previendo que los títulos del Tesoro de los Estados Unidos entrarán total o parcialmente en cesación de pagos y, de esa manera, obteniendo una ganancia por el retorno asociado a este hecho catastrófico que podría producirse.
La probabilidad implícita para un default aumentó del 3,3% en enero al 11,3% en los primeros tres días de marzo, según confirmó el último informe de MSCI. Es la primera vez que se observan estos valores desde el año 2013, cuando el país atravesaba una discusión similar en torno a la cesación de pagos.
“Aunque el aumento de los diferenciales de los CDS sobre la deuda pública estadounidense ha sido rápido y masivo, no carece de precedentes, ya que los diferenciales de los CDS se están acercando a niveles similares a los observados durante los debates sobre el techo de la deuda de 2011 y 2013. Durante esas batallas, el Congreso llegó a un acuerdo en el último minuto para evitar un impago”, explicó la firma financiera.
El presidente Joe Biden aún se muestra reticente a producir un acuerdo con la oposición del Partido Republiocano para levantar el techo de la deuda. La oposición exige un ajuste del gasto público consistente con el ordenamiento de las finanzas públicas, pero la agenda del Gobierno demócrata apunta en dirección contraria.
El déficit fiscal financiero del Gobierno federal escaló hasta el 6% del PBI en enero de 2023, el más alto de los últimos 10 meses, y el rojo primario aumentó drásticamente después del rescate irresponsable de préstamos estudiantiles.
“Un default de este tipo podría paralizar la economía y provocar una volatilidad extrema de las tasas de interés, ya que gran parte de los niveles de tasas de interés del mundo están influidos en parte por la naturaleza ‘sin riesgo’ de la deuda pública estadounidense”, advirtió el informe del MSCI.
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